sábado, 22 de febrero de 2014

EL QUINQUENIO PERDIDO DEL GOBIERNO DE ALEJANDRO TOLEDO EN EL TEMA DE SEGURIDAD CIUDADANA ( 2001-2006)

ANALISIS ESTRATEGICO


 La historia es buena maestra pero nosotros somos malos alumnos

El balance se realiza con la intención de sacar lección de la experiencia positiva o negativa que tuvieron los seis ministros del Interior del ex presidente, Alejandro Toledo Manrique,  cuando les tocó dirigir uno de los portafolios más complejos y problemáticos como es el Ministerio del Interior , pilar fundamental del gobierno en el tema de la seguridad pública y seguridad ciudadana.

El Gobierno de Alejandro Toledo tuvo  seis ministros del Interior : Fernando Rospigliosi Capurro( periodista, dos veces ), Gino Costa Santolalla( abogado), Alberto Sanabria Ortiz( abogado), José Reategui Rosello( abogado) , Félix Murazzo Carrillo ( teniente general PNP y abogado) y Rómulo Pizarro Tomassio.

Los ministros trataron de solucionar el problema de la inseguridad ciudadana , pero todo quedó en buenos intentos y  hoy somos  testigos que la Capital , por ende el país, sigue siendo un laboratorio experimental de fórmulas fallidas e intentos infructuosos en el tema de seguridad ciudadana y resulta habitual que cada ministro , después que asumir el cargo, intente bajar o controlar los altos índices delictivos a su manera, incluso, borrando todo lo que hizo el antecesor y empezando de cero . ¡ Craso error!

Cuando se nombró al periodista Fernando Rospigliosi como  ministro del Interior algunos “especialistas” se mostraron sorprendidos y dubitativos si un  periodista podía dirigir un portafolio que se caracterizaba porque durante una década fue el “bunker” de los militares , los mismos que imprimieron su sello personal , dejando la impresión de que solo un militar podía dirigir este portafolio y que los civiles o policías en retiro, no podían hacerlo .


Rospigliosi en sus comienzos se hizo asesorar por especialistas de la policía y poco a poco, en su condición de gran polemista , agudo analista político y contando con el apoyo de su gremio , endureció su posición, conforme aumentaba la resistencia de diferentes sectores contra el gobierno y frente a las críticas del régimen, se convirtió en el “parachoques” del gobierno . 

En su intento por cambiar la situación y por sugerencias de sus asesores, puso atención y toda su energía en llevar a cabo la reforma policial como tarea urgente e insoslayable que la población reclamaba debido a que después de una década del fujimontesinismo, el Ministerio del Interior y la Policía Nacional , quedaron “contaminadas” por el militarismo y la corrupción . La situación exigía cambios radicales para acercar la policía a la población, quitarle los atisbos de militarismo, acabar con el secreto en el manejo presupuestario, volverla productiva y competitiva .

Para llevar a cabo la reforma policial se crea la Comisión Especial de Reestructuración, convocando a destacados profesionales, líderes de opinión y policías de los cuatro códigos ( ex Guardia Civil, ex Policía de Investigaciones , ex Guardia Republicana y Sanidad).

Esta comisión empezó su trabajo con gran expectativa , pero al final, se perdió en el camino , al igual que la reforma policial , terminando en  manos de dos especialistas allegados al ministro Rospigliosio, uno era  Carlos Basombrio, quienes intentaron copiar el modelo español de Policía Comunitaria e implantarlo en un país con características tan peculiares y disímiles como es el Perú .Un Libro Verde que duerme en las bibliotecas de la PNP, es el  mudo testigo de este infructuoso intento que demandó energías, tiempo y dinero.

De esta experiencia de reforma nos queda una institución que empezó a engordar convirtiéndose en elefantiásica.  

El 20 de junio del 2002 , Fernando Rospigliosi , al terminar de leer una  carta tratando de justificar que jamás había agraviado al pueblo arequipeño , renuncia al cargo y el 14 de septiembre 2002 , es reemplazado por su viceministro y el abogado, Gino Costa Santolalla , en medio de un ambiente de escándalos por innumerables casos de corrupción que cometían policías en actividad y que la prensa hacía comidilla del día .El  nuevo ministro , en su discurso de entrada, promete combatir de manera implacable los actos de corrupción en la policía. 

En diciembre aparece una encuesta que la PNP era  la segunda institución más corrupta del país y  Gino Costa lanza una  consigna cívica con el sugestivo nombre de “¡ No, señor, a la policía se le respeta!”, antesala de una de las más grandes podas que se hizo ese fin de año: se invitaron a  322 policías utilizando el sambenito de “ renovación” . Como consuelo, Costa dijo a los medios que "si bien es cierto que iban muchos policías, también se estaba ascendiendo 711 policías". 


La poda y los ascensos de ese año causó el deterioro paulatino de las relaciones entre el ministro y el director general de la PNP hasta el punto que estas discrepancias se hicieron públicas. El entorno de Costa consideraba que la molestia de Tisoc se debía a que uno de sus oficiales de confianza había sido sacado de la lista de propuestos para ascender de coroneles para generales ; situación que lo llevó a tomar la decisión de poner su cargo a disposición y solicitar su pase al retiro , generándose una crisis interna que culminó con la intervención del mismo presidente Toledo quien puso “ orden en la casa”, ratificó su confianza en el ministro e hizo un llamado al “rebelde” Tisoc para que se subordine .
El 27 de enero del 2003, al enterarse que su cartera había sido colocada al mejor postor , Gino Costa presenta su renuncia irrevocable “ , sumándose otros funcionarios a esta decisión, todos de su confianza y misma línea :Carlos Basombrio , viceministro del Interior, Susana Villarán, defensora del Policía y el director del CNI, Fernando Rospigliosi .De esta manera se alejaba del  gobierno la izquierda independiente o la  " izquierda caviar", dejándole espacio a la línea partidaria de Perú Posible.

Apenas se fue Gino Costa, entró en su reemplazo Alberto Sanabria Ortiz, abogado y antiguo militante de Perú Posible. Su paso fue  bastante efímero. No bien acababa de sentarse en el sillón ministerial cuando le empieza a llover una serie de denuncias de todo calibre con la intención de descalificarlo como titular del portafolio . 


Entre las más graves  estuvo el  cobro de doble sueldo , beneficiándose con una resolución aprobada por el general EP ( r )José Villanueva Ruesta cuando fue director general de Gobierno Interior o  el recibir dinero por  trabajos no realizado. Ante la presión de la prensa y la opinión pública se vio obligado a renunciar, ingresando en su reemplazo, por segunda vez, Fernando Rospigliosi, no obstante el malestar del pueblo arequipeño que tomaba su nombramiento como una provocación , quien  acababa de renunciar a su cargo como director del Consejo Nacional de Inteligencia ( ex Servicio de Inteligencia Nacional ) .Estando nuevamente en el poder, lo primero que hizo Rospigliosi fue relevar al teniente general PNP Eduardo Pérez Rocha del cargo de director general de la PNP , invitarlo al retiro y nombrar en su reemplazo al general PNP Gustavo Carrión Zavala. 

El hecho de haber sido nombrado dos veces como ministro del Interior infló su ego , empezó a sentirse indispensable, un predestinado para el cargo, y  cometió gruesos errores que lo llevaron a generar conflictos en el interior del gabinete (con el titular de agricultura), darse encontronazos con el presidente Toledo . 

Estaba tan seguro de sí mismo que no tuvo la intuición de renunciar antes como ministro del Interior , confiado en que no iba a ser censurado por el Congreso por el hecho de no haber podido evitar el ajusticiamiento del alcalde del distrito de Ilave , Cirilo Robles. El 5 de mayo fue censurado y quedó en el ambiente la percepción de que el mismo Toledo le había bajado el dedo .

Tres días después de la salida de Rospigliosi,  es nombrado como ministro del Interior , Javier Reategui Rosello , empresario del entorno del presidente Toledo , fundador de la Chakana . Como los anteriores ministros, estaba muy lejos de ser el ministro ideal que se requería para esa cartera, por lo tanto, no se le auguraban mucho tiempo en el portafolio . 


Se rumoreaba en los pasillos políticos que su designación obedecía a que nadie quería tomar este puesto porque era una “papa caliente “ y que era un “ministro bisagra “, un “todoterreno”. Todos los ministros y directores generales de la PNP, después de Fernando Rospigliosi y Gino Costa, arrastraron la odiosa, pero infaltable comparación, con sus gestiones. Esto se debió a que de manera inteligente y astuta, ambos dejaron la falsa estela, un tanto inflada por sus amigos incondicionales del gremio de periodistas y la "izquierda caviar " que habían sido los mejores ministros en manejar los temas de la reforma policial y la seguridad ciudadana; entonces, cada vez que entraba un nuevo ministro, cargaba con la cruz de superar a Rospigliosi y Gino Costa.

El general  PNP , Félix Murazzo , cuando ingresa como ministro del Interior, dejó de lado el término “reforma policial “ y empezó a usar el de “modernización de la policía”. En su gestión ministerial fue acompañado por el general PNP Marcos Miyashiro Arashiro como director general PNP y por primera vez en la historia policial, el Ministerio y la Plicía eran manejados por dos   “código 2”(ex PIP), coincidencias de la historia y que me parece , nunca más se volverá a repetir.


A los pocos meses ,  empezó una  implacable y persistente campaña de desprestigio contra Murazzo a través de la prensa para traérselo abajo. Tuvo que ir a dar explicaciones al Grupo de Trabajo de la Comisión de Defensa del Congreso que investigaba el supuesto seguimiento policial al propietario de Frecuencia Latina .


Este ministro tardó mucho en darse cuenta que detrás de esta soterrada campaña se tendían hilos invisibles que venían desde la época en que formó parte de un equipo de investigación del Caso “El Padrino “ ( 1985). En las sombras maquinaban tumbarselo las "serpientes de larga memoria"( enemigos que nunca olvidan ).Uno de sus principales colaboradores , amigo y asesor personal , el mayor PNP en retiro, Juan Gaviria, quien había trabajado con él en INTERPOL , durante el gobierno de Alberto Fujimori, aseguraba que su ex jefe estaba vinculado al SIN , lugar donde se había reunido con el Almirante Rosas y Vladimiro Montesinos.Como era de esperarse y para poner paños fríos a este tema, Murazzo es reemplazado por Rómulo Pizarro Tomassio, administrador de carrera, dirigente de Perú Posible y ex jefe de campaña del presidente Toledo .


Cuando ingresa el último ministro del Interior , el diagnóstico del sector arrojaba una bajo  nivel de confianza de la población en la policía, elevada percepción de inseguridad ciudadana, pocas acciones concretas e integrales en seguridad ciudadana, deterioro y casi nulo mantenimiento del parque automotor, escaso sistema de información para visualizar focos y ámbitos de la delincuencia, problemas de transparencias y corrupción ( combustibles, medicinas , adquisiciones, etc.), remuneraciones congeladas en la policía , deudas de vacaciones , viáticos y otras deudas impagas, etcétera .

Haciendo un balance de la gestión de los cinco ministros antes mencionados , podemos extraer algunas situaciones comunes que se les presentaron a todos ellos : todos encontraron al ministerio con un déficit presupuestario que fluctuaba entre el 31% al 43% y el 90% del presupuesto es utilizado para cubrir la planilla y las obligaciones; la policía carecía  de autoestima, tenía  mala imagen, existía un déficit en cuanto a recursos humanos ( en el 2001 , eran 93,823 efectivos en situación de actividad , actualmente deben ser menos de 90 mil efectivos ), 571 millones de nuevo soles era el compromiso y la deuda que tenía la  PNP, entre los que se incluye la deuda de 150 millones de nuevos soles con los proveedores, considerando los intereses de la deuda, la última compra de municiones y explosivos data de 1999 y parque automotor que tiene casi 20 años de antigüedad, los policías estaban  desmotivados por los retrasos y manejo irregular de los ascensos, la labor policial subvaluada y sometidos a injustos castigos y desprotección en el derecho de defensa, cuando incurren en delitos por cumplimiento de la función, baja calidad de vida y bienestar , problemas de racionalización y rotación adecuada del personal de acuerdo a su especialidad , escasos recursos logísticos , falta  de capacitación y carencia de perfiles profesionales y académicos , así como una inacabada reforma policial .

Al final del quinquenio del  Gobierno de Alejandro Toledo , la Policía continuaba siendo una institución incompetente, improductiva, canibalizada por otras instituciones y  podemos concluir que el quinquenio del presidente Toledo, en cuanto al Sector Interior y la seguridad ciudadana , es un quinquenio perdido.


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