ANALISIS ESTRATEGICO
La
historia es buena maestra pero nosotros somos malos alumnos
El balance se realiza
con la intención de sacar lección de la experiencia positiva o negativa que
tuvieron los seis ministros del Interior del ex presidente, Alejandro Toledo
Manrique, cuando les tocó dirigir uno de
los portafolios más complejos y problemáticos como es el Ministerio del
Interior , pilar fundamental del gobierno en el tema de la seguridad pública y
seguridad ciudadana.
El Gobierno de
Alejandro Toledo tuvo seis ministros del
Interior : Fernando Rospigliosi Capurro( periodista, dos veces ), Gino Costa
Santolalla( abogado), Alberto Sanabria Ortiz( abogado), José Reategui Rosello(
abogado) , Félix Murazzo Carrillo ( teniente general PNP y abogado) y Rómulo
Pizarro Tomassio.
Los ministros
trataron de solucionar el problema de la inseguridad ciudadana , pero todo
quedó en buenos intentos y hoy somos testigos que la Capital , por ende el país,
sigue siendo un laboratorio experimental de fórmulas fallidas e intentos
infructuosos en el tema de seguridad ciudadana y resulta habitual que cada
ministro , después que asumir el cargo, intente bajar o controlar los altos
índices delictivos a su manera, incluso, borrando todo lo que hizo el antecesor
y empezando de cero . ¡ Craso error!
Cuando se nombró al
periodista Fernando Rospigliosi como
ministro del Interior algunos “especialistas” se mostraron sorprendidos
y dubitativos si un periodista podía
dirigir un portafolio que se caracterizaba porque durante una década fue el
“bunker” de los militares , los mismos que imprimieron su sello personal ,
dejando la impresión de que solo un militar podía dirigir este portafolio y que
los civiles o policías en retiro, no podían hacerlo .
Rospigliosi en sus
comienzos se hizo asesorar por especialistas de la policía y poco a poco, en su
condición de gran polemista , agudo analista político y contando con el apoyo
de su gremio , endureció su posición, conforme aumentaba la resistencia de
diferentes sectores contra el gobierno y frente a las críticas del régimen, se
convirtió en el “parachoques” del gobierno .
En su intento por cambiar la
situación y por sugerencias de sus asesores, puso atención y toda su energía en
llevar a cabo la reforma policial como tarea urgente e insoslayable que la
población reclamaba debido a que después de una década del fujimontesinismo, el
Ministerio del Interior y la Policía Nacional , quedaron “contaminadas” por el
militarismo y la corrupción . La situación exigía cambios radicales para
acercar la policía a la población, quitarle los atisbos de militarismo, acabar
con el secreto en el manejo presupuestario, volverla productiva y competitiva
.
Para llevar a cabo la reforma policial se crea la Comisión Especial de
Reestructuración, convocando a destacados profesionales, líderes de opinión y
policías de los cuatro códigos ( ex Guardia Civil, ex Policía de
Investigaciones , ex Guardia Republicana y Sanidad).
Esta comisión empezó
su trabajo con gran expectativa , pero al final, se perdió en el camino , al
igual que la reforma policial , terminando en manos de dos especialistas allegados al
ministro Rospigliosio, uno era Carlos
Basombrio, quienes intentaron copiar el modelo español de Policía Comunitaria e
implantarlo en un país con características tan peculiares y disímiles como es
el Perú .Un Libro Verde que duerme en las bibliotecas de la PNP, es el mudo testigo de este infructuoso intento que
demandó energías, tiempo y dinero.
De esta experiencia
de reforma nos queda una institución que empezó a engordar convirtiéndose en
elefantiásica.
El 20 de junio del
2002 , Fernando Rospigliosi , al terminar de leer una carta tratando de justificar que jamás había
agraviado al pueblo arequipeño , renuncia al cargo y el 14 de septiembre 2002 ,
es reemplazado por su viceministro y el abogado, Gino Costa Santolalla , en
medio de un ambiente de escándalos por innumerables casos de corrupción que
cometían policías en actividad y que la prensa hacía comidilla del día .El nuevo ministro , en su discurso de entrada,
promete combatir de manera implacable los actos de corrupción en la policía.
En
diciembre aparece una encuesta que la PNP era
la segunda institución más corrupta del país y Gino Costa lanza una consigna cívica con el sugestivo nombre de “¡
No, señor, a la policía se le respeta!”, antesala de una de las más grandes
podas que se hizo ese fin de año: se invitaron a 322 policías utilizando el sambenito de “
renovación” . Como consuelo, Costa dijo a los medios que "si bien es
cierto que iban muchos policías, también se estaba ascendiendo 711
policías".
La poda y los ascensos de ese año causó el deterioro paulatino
de las relaciones entre el ministro y el director general de la PNP hasta el
punto que estas discrepancias se hicieron públicas. El entorno de Costa
consideraba que la molestia de Tisoc se debía a que uno de sus oficiales de
confianza había sido sacado de la lista de propuestos para ascender de
coroneles para generales ; situación que lo llevó a tomar la decisión de poner
su cargo a disposición y solicitar su pase al retiro , generándose una crisis
interna que culminó con la intervención del mismo presidente Toledo quien puso
“ orden en la casa”, ratificó su confianza en el ministro e hizo un llamado al
“rebelde” Tisoc para que se subordine .
El 27 de enero del
2003, al enterarse que su cartera había sido colocada al mejor postor , Gino
Costa presenta su renuncia irrevocable “ , sumándose otros funcionarios a esta
decisión, todos de su confianza y misma línea :Carlos Basombrio , viceministro
del Interior, Susana Villarán, defensora del Policía y el director del CNI,
Fernando Rospigliosi .De esta manera se alejaba del gobierno la izquierda independiente o la " izquierda caviar", dejándole
espacio a la línea partidaria de Perú Posible.
Apenas se fue Gino
Costa, entró en su reemplazo Alberto Sanabria Ortiz, abogado y antiguo
militante de Perú Posible. Su paso fue bastante efímero. No bien acababa de sentarse
en el sillón ministerial cuando le empieza a llover una serie de denuncias de
todo calibre con la intención de descalificarlo como titular del portafolio .
Entre las más graves estuvo el cobro de doble sueldo , beneficiándose con
una resolución aprobada por el general EP ( r )José Villanueva Ruesta cuando
fue director general de Gobierno Interior o el recibir dinero por trabajos no realizado. Ante la presión de la
prensa y la opinión pública se vio obligado a renunciar, ingresando en su
reemplazo, por segunda vez, Fernando Rospigliosi, no obstante el malestar del
pueblo arequipeño que tomaba su nombramiento como una provocación , quien acababa de renunciar a su cargo como director
del Consejo Nacional de Inteligencia ( ex Servicio de Inteligencia Nacional )
.Estando nuevamente en el poder, lo primero que hizo Rospigliosi fue relevar al
teniente general PNP Eduardo Pérez Rocha del cargo de director general de la
PNP , invitarlo al retiro y nombrar en su reemplazo al general PNP Gustavo
Carrión Zavala.
El hecho de haber sido nombrado dos veces como ministro del
Interior infló su ego , empezó a sentirse indispensable, un predestinado para
el cargo, y cometió gruesos errores que
lo llevaron a generar conflictos en el interior del gabinete (con el titular de
agricultura), darse encontronazos con el presidente Toledo .
Estaba tan seguro
de sí mismo que no tuvo la intuición de renunciar antes como ministro del
Interior , confiado en que no iba a ser censurado por el Congreso por el hecho
de no haber podido evitar el ajusticiamiento del alcalde del distrito de Ilave
, Cirilo Robles. El 5 de mayo fue censurado y quedó en el ambiente la
percepción de que el mismo Toledo le había bajado el dedo .
Tres días después de
la salida de Rospigliosi, es nombrado
como ministro del Interior , Javier Reategui Rosello , empresario del entorno
del presidente Toledo , fundador de la Chakana . Como los anteriores ministros,
estaba muy lejos de ser el ministro ideal que se requería para esa cartera, por
lo tanto, no se le auguraban mucho tiempo en el portafolio .
Se rumoreaba en
los pasillos políticos que su designación obedecía a que nadie quería tomar
este puesto porque era una “papa caliente “ y que era un “ministro bisagra “,
un “todoterreno”. Todos los ministros y directores generales de la PNP, después
de Fernando Rospigliosi y Gino Costa, arrastraron la odiosa, pero infaltable
comparación, con sus gestiones. Esto se debió a que de manera inteligente y
astuta, ambos dejaron la falsa estela, un tanto inflada por sus amigos incondicionales
del gremio de periodistas y la "izquierda caviar " que habían sido
los mejores ministros en manejar los temas de la reforma policial y la
seguridad ciudadana; entonces, cada vez que entraba un nuevo ministro, cargaba
con la cruz de superar a Rospigliosi y Gino Costa.
El general PNP , Félix Murazzo , cuando ingresa como
ministro del Interior, dejó de lado el término “reforma policial “ y empezó a
usar el de “modernización de la policía”. En su gestión ministerial fue
acompañado por el general PNP Marcos Miyashiro Arashiro como director general
PNP y por primera vez en la historia policial, el Ministerio y la Plicía eran
manejados por dos “código 2”(ex PIP), coincidencias de la
historia y que me parece , nunca más se volverá a repetir.
A los pocos meses , empezó una implacable y persistente campaña de
desprestigio contra Murazzo a través de la prensa para traérselo abajo. Tuvo
que ir a dar explicaciones al Grupo de Trabajo de la Comisión de Defensa del
Congreso que investigaba el supuesto seguimiento policial al propietario de
Frecuencia Latina .
Este ministro tardó mucho en darse cuenta que detrás de esta soterrada campaña se tendían hilos invisibles que venían desde la época en que formó parte de un equipo de investigación del Caso “El Padrino “ ( 1985). En las sombras maquinaban tumbarselo las "serpientes de larga memoria"( enemigos que nunca olvidan ).Uno de sus principales colaboradores , amigo y asesor personal , el mayor PNP en retiro, Juan Gaviria, quien había trabajado con él en INTERPOL , durante el gobierno de Alberto Fujimori, aseguraba que su ex jefe estaba vinculado al SIN , lugar donde se había reunido con el Almirante Rosas y Vladimiro Montesinos.Como era de esperarse y para poner paños fríos a este tema, Murazzo es reemplazado por Rómulo Pizarro Tomassio, administrador de carrera, dirigente de Perú Posible y ex jefe de campaña del presidente Toledo .
Cuando ingresa el
último ministro del Interior , el diagnóstico del sector arrojaba una bajo nivel de confianza de la población en la
policía, elevada percepción de inseguridad ciudadana, pocas acciones concretas
e integrales en seguridad ciudadana, deterioro y casi nulo mantenimiento del
parque automotor, escaso sistema de información para visualizar focos y ámbitos
de la delincuencia, problemas de transparencias y corrupción ( combustibles,
medicinas , adquisiciones, etc.), remuneraciones congeladas en la policía ,
deudas de vacaciones , viáticos y otras deudas impagas, etcétera .
Haciendo un balance
de la gestión de los cinco ministros antes mencionados , podemos extraer
algunas situaciones comunes que se les presentaron a todos ellos : todos
encontraron al ministerio con un déficit presupuestario que fluctuaba entre el
31% al 43% y el 90% del presupuesto es utilizado para cubrir la planilla y las
obligaciones; la policía carecía de
autoestima, tenía mala imagen, existía
un déficit en cuanto a recursos humanos ( en el 2001 , eran 93,823 efectivos en
situación de actividad , actualmente deben ser menos de 90 mil efectivos ), 571
millones de nuevo soles era el compromiso y la deuda que tenía la PNP, entre los que se incluye la deuda de 150
millones de nuevos soles con los proveedores, considerando los intereses de la
deuda, la última compra de municiones y explosivos data de 1999 y parque
automotor que tiene casi 20 años de antigüedad, los policías estaban desmotivados por los retrasos y manejo
irregular de los ascensos, la labor policial subvaluada y sometidos a injustos
castigos y desprotección en el derecho de defensa, cuando incurren en delitos
por cumplimiento de la función, baja calidad de vida y bienestar , problemas de
racionalización y rotación adecuada del personal de acuerdo a su especialidad ,
escasos recursos logísticos , falta de
capacitación y carencia de perfiles profesionales y académicos , así como una
inacabada reforma policial .
Al final del quinquenio del Gobierno de Alejandro Toledo , la Policía
continuaba siendo una institución incompetente, improductiva, canibalizada por
otras instituciones y podemos concluir
que el quinquenio del presidente Toledo, en cuanto al Sector Interior y la
seguridad ciudadana , es un quinquenio perdido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario