Otro
faenón del régimen humalista.- Chehade resultó ser la pata de cabra del Grupo
Wong para entrar a Andahuasi.- Al descubierto falsa defensa de la Constitución
de 1979 y mentirosa lucha contra la corrupción.
Escribe: César Vásquez Bazán.
Un nuevo escándalo pone en
evidencia al claudicante régimen humalista. Se trata del caso de tráfico de
influencias que involucra al segundo vicepresidente de la república, un avivato
de apellido Chehade, que candidateó en las elecciones como abanderado de la
lucha contra la corrupción. Este es el mismo individuo que meses atrás se dio
el lujo de jurar el cargo por la Constitución de 1979.
El caso de la pendejada policial
de Chehade se añade al episodio engañamuchachos de la propina minera que el
ingeniero Humala hizo aprobar recientemente en reemplazo de un verdadero
impuesto a las sobreganancias mineras.
La vergonzante gestión de Chehade
con los generales de la policía permite obtener varias conclusiones.
Primero: Al intentar implementar el desalojo de los obreros de
Andahuasi, el régimen del claudicante Humala demuestra que no defiende a los
trabajadores, ni a las clases populares del país. Está alineado con la posición
patronal, tal cual lo estuvieron Fujimori, Toledo y García.
Segundo: La identificación patronal del humalismo es incompatible
con la defensa de la Constitución de 1979, que es una ley de leyes más humana y
justa precisamente por tener en cuenta los intereses de los trabajadores. La
intención mañosa de Chehade demuestra que el gobierno es un falso defensor de
la Constitución de 1979.
Tercero: El gobierno que preside el ingeniero Ollanta está
permitiendo la continuación de la infiltración del capital chileno en nuestro
país. Es conocido que las empresas Wong son un Caballo de Troya dentro del que
vienen escondidos los capitalistas del sur. Se deduce que el régimen del
claudicante Humala no defiende una política nacionalista. Por el contrario,
significa una expresión del continuismo neoliberal.
Cuarto: Las acciones de Chehade evidencian que la lucha contra la
corrupción que pondría en marcha el humalismo es otra falsedad. Lo afirmamos
porque Chehade era, precisamente, el responsable de planificar, organizar y
dirigir el enfrentamiento contra la inmoralidad.
Con Humala reemplazando a García
Pérez, el Perú ha cambiado mocos por babas.
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