En estos tiempos borrascosos, cuando se ha suscitado una bronca descomunal entre los apristas , motivados por la ambición y el apetito de poder , sería oportuno un milagro del Santo de la Escoba para lograr que el perro, el gato y los pericotes coman en armonía en un mismo plato.
El Santo de la Escoba , Fray Martín de Porres, es venerado en países tan diversos como México y Filipinas, es considerado el patrono de los peluqueros en Italia, y de los farmacéuticos en Cuba.
Hijo natural del español hidalgo, Juan de Porres, natural de Burgos y Caballero de Alcántara , con la negra esclava liberta , Ana Velásquez.
Su padre desde muy niño lo llevó a Guayaquil, donde aprendió a leer y escribir.
Tres años después, regresó a Lima y le puso a aprender el oficio de barbero y sangrador, en la tienda de un rapista de la calle de Malambo.
Entres sus milagros , que incluye la levitación y la bilocación, se cuentan innumerables curaciones que en un principio sorprendieron a los pacientes de la enfermería del Convento de Santo Domingo .
El 6 de mayo de 1962 fue canonizado por el papa Juan XXIII
Martín creció en Lima, en un lugar conocido como Malambo, barriada en la que convivían negros, indios y blancos de poca fortuna.
Allí vivió su primera infancia y conoció su vocación.
A los 15 años decidió unirse a la congregación dominica. Probablemente consideró que siendo un "perro mulato" estaría más cerca del Creador si se convertía en “domini Cani”( perro de Dios)
Sus quehaceres eran diversos aunque poco se conocen de sus hábitos .
Tocaba la campana muy de mañana, abría las puertas de la iglesia y ayudaba en varias misas.
Era frugal en sus comidas. Cuando tenía que hacer alguna diligencia o visitar un enfermo , recorría las calles repartiendo limosnas y dádivas y nadie explicaba cómo hacía, siendo un pobre entre pobres, para mostrarse tan generoso y puntual a la hora de acompañar a un doliente.
Pronto corrió el rumor que no solo curaba a los enfermos, también atravesaba paredes y se desdoblaba para atender a los convalecientes al mismo tiempo.
Recogido en su minúscula celda, el siervo de Dios, meditaba y pasaba su escaso tiempo libre en oración , ajeno tal vez al poder que el imaginario popular o la superstición empezaban atribuirle.
Al morir, en 1639, la fama de su santidad se había extendido entre los fieles limeños, incluso cuanta la tradición que años después, al erigírsele una capilla en el convento, a los religiosos encargados de trasladar su cuerpo les quedó en las manos un olor a rosas, mismo que no tardaron en hacer notar, oler APRA sea exactos a sus superiores.
El resultado fue inmediato y se inició la beatificación.
Los legajos de dicho proceso fueron paseados en procesión por la ciudad y embarcados hacia Roma con grandes fiestas.
Así , fray Martín fue llamado después el Beato Martín de Porres, y en 1962, alcanzó la canonización por obra y gracia del Papa Juan XXIII.
Su condición en el convento de Santo Domingo era subalterna y con ella, el mulato fungió de enfermero menor en una especie de consultorio que funcionaba en la puerta falsa del convento.
Allí atendía la apoplejía, la terciana, el tabardillo y la gota.
José Antonio del Busto señala también el mal de cámara , mal del sol, mal de la melancolía.
Martín empezó a sembrar misteriosas hierbas en el patio del Convento, luego recorría las haciendas de la orden en Limatambo y Pampa de Amancaes buscando durante horas es pequeño verde con el que combatiría la viruela o el sarampión –Los resultados fueron extraordinarios y para muchos, milagrosos.
Se le considera el primer naturalista y conocedor de la medicina indígena.
Ojalá que el Santo de la Escoba, el venerado Fray Martín de Porres, logre un milagro , como solía hacerlo, cuando juntaba perro , pericote y gato en un mismo plato y comían con armonía .
En estos tiempos borrascosos de la política peruana, con un partido gobernante en extinción, es urgente un milagro , con acotumbraba Fray Martín de Porres , para calmar los ánimos de la tremenda bronca que se ha suscitado en el APRA, cuyas raíces obedece a los apetitos de poder y manías de grandeza de algunos de sus dirigentes .
Se acusan de corruptos, ladrones , sinvergüenzas y todo obedece a la ambición de los cargos hacia el 2010 y 2011.
¿Podrá el Santo de la Escoba apagar esta bronca descontrolada en el APRA y hacerlos comer en un mismo plato como hizo con el perro , el gato y los pericotes ?
El Santo de la Escoba , Fray Martín de Porres, es venerado en países tan diversos como México y Filipinas, es considerado el patrono de los peluqueros en Italia, y de los farmacéuticos en Cuba.
Hijo natural del español hidalgo, Juan de Porres, natural de Burgos y Caballero de Alcántara , con la negra esclava liberta , Ana Velásquez.
Su padre desde muy niño lo llevó a Guayaquil, donde aprendió a leer y escribir.
Tres años después, regresó a Lima y le puso a aprender el oficio de barbero y sangrador, en la tienda de un rapista de la calle de Malambo.
Entres sus milagros , que incluye la levitación y la bilocación, se cuentan innumerables curaciones que en un principio sorprendieron a los pacientes de la enfermería del Convento de Santo Domingo .
El 6 de mayo de 1962 fue canonizado por el papa Juan XXIII
Martín creció en Lima, en un lugar conocido como Malambo, barriada en la que convivían negros, indios y blancos de poca fortuna.
Allí vivió su primera infancia y conoció su vocación.
A los 15 años decidió unirse a la congregación dominica. Probablemente consideró que siendo un "perro mulato" estaría más cerca del Creador si se convertía en “domini Cani”( perro de Dios)
Sus quehaceres eran diversos aunque poco se conocen de sus hábitos .
Tocaba la campana muy de mañana, abría las puertas de la iglesia y ayudaba en varias misas.
Era frugal en sus comidas. Cuando tenía que hacer alguna diligencia o visitar un enfermo , recorría las calles repartiendo limosnas y dádivas y nadie explicaba cómo hacía, siendo un pobre entre pobres, para mostrarse tan generoso y puntual a la hora de acompañar a un doliente.
Pronto corrió el rumor que no solo curaba a los enfermos, también atravesaba paredes y se desdoblaba para atender a los convalecientes al mismo tiempo.
Recogido en su minúscula celda, el siervo de Dios, meditaba y pasaba su escaso tiempo libre en oración , ajeno tal vez al poder que el imaginario popular o la superstición empezaban atribuirle.
Al morir, en 1639, la fama de su santidad se había extendido entre los fieles limeños, incluso cuanta la tradición que años después, al erigírsele una capilla en el convento, a los religiosos encargados de trasladar su cuerpo les quedó en las manos un olor a rosas, mismo que no tardaron en hacer notar, oler APRA sea exactos a sus superiores.
El resultado fue inmediato y se inició la beatificación.
Los legajos de dicho proceso fueron paseados en procesión por la ciudad y embarcados hacia Roma con grandes fiestas.
Así , fray Martín fue llamado después el Beato Martín de Porres, y en 1962, alcanzó la canonización por obra y gracia del Papa Juan XXIII.
Su condición en el convento de Santo Domingo era subalterna y con ella, el mulato fungió de enfermero menor en una especie de consultorio que funcionaba en la puerta falsa del convento.
Allí atendía la apoplejía, la terciana, el tabardillo y la gota.
José Antonio del Busto señala también el mal de cámara , mal del sol, mal de la melancolía.
Martín empezó a sembrar misteriosas hierbas en el patio del Convento, luego recorría las haciendas de la orden en Limatambo y Pampa de Amancaes buscando durante horas es pequeño verde con el que combatiría la viruela o el sarampión –Los resultados fueron extraordinarios y para muchos, milagrosos.
Se le considera el primer naturalista y conocedor de la medicina indígena.
Ojalá que el Santo de la Escoba, el venerado Fray Martín de Porres, logre un milagro , como solía hacerlo, cuando juntaba perro , pericote y gato en un mismo plato y comían con armonía .
En estos tiempos borrascosos de la política peruana, con un partido gobernante en extinción, es urgente un milagro , con acotumbraba Fray Martín de Porres , para calmar los ánimos de la tremenda bronca que se ha suscitado en el APRA, cuyas raíces obedece a los apetitos de poder y manías de grandeza de algunos de sus dirigentes .
Se acusan de corruptos, ladrones , sinvergüenzas y todo obedece a la ambición de los cargos hacia el 2010 y 2011.
¿Podrá el Santo de la Escoba apagar esta bronca descontrolada en el APRA y hacerlos comer en un mismo plato como hizo con el perro , el gato y los pericotes ?
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