miércoles, 22 de enero de 2014

LAS LECCIONES EXTRAÍDAS DE LA ÚLTIMA HUELGA POLICIAL EN ARGENTINA: UNA CHISPA PUEDE INCENDIAR LA PRADERA

· Las revoluciones no se hacen por menudencias, pero nacen por menudencias.Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego. 


Argentina , en el mes  diciembre del año pasado, en plena celebración de los  treinta años de democracia, fue sacudida por una de las huelgas más extendida de su histórica con la secuela de violencia y saqueos  en medio de las protestas de policías que reclaman un aumento salarial.
El lugar donde se prendió la chispa fue en la  provincia de Córdoba  en donde la  policía  ganaba una mensualidad de  trescientos euros; remuneración bastante baja que se disolvía por una implacable inflación que supera el  25 por ciento.
 Córdova es una ciudad con un millón de habitantes ,  la  segunda ciudad más poblada del país .
La huelga fue  rápidamente apagada , en menos de dos días, por   el Gobernador  De la Sota, quien en una rueda de prensa celebrada en la Casa de Gobierno, se comprometió  a subir el salario a los policías de  2.500 a los 8.000 pesos mensuales ( 403 a 1.290 dólares) a cambio de que volviesen al trabajo, pero ya el  olor a pólvora se había extendido en  todo el país ,  provocando  disturbios , saqueos en  20 de las 24 provincias, el  90% de la población del país con la secuela de  ocho muertos ,  mil negocios saqueados,  centenares de heridos y miles de detenidos.
Una  de las víctimas fue un joven de entre 18 y 20 años, quien murió a causa de un disparo en la espalda que recibió durante un saqueo.
No sólo la policía de Córdoba exige mejoras salariales, se sumaron  El Chaco, Santa Fe, Río Negro y Buenos Aires. Las principales capitales de Argentina se han visto influenciadas por las manifestaciones iniciadas desde el jueves pasado en Córdoba.  Las huelgas se han extrapolado a El Chaco, Santa Fe, Río Negro y Buenos Aires. La demanda principal de la policía es la mejora en sus salarios.
La ola de saqueos comenzó en la provincia de  Córdoba , sacudida en dos días de huelga policial con violencia y saqueos , .y tuvo un efecto contagioso que llegó hasta la provincia de Buenos Aires  
Se levantaron 300 mil huelguistas  que reclamaban una subida salarial y ante la  ausencia de efectivos de seguridad, los saqueos comenzaron por la tarde y se multiplicaron en la noche del martes a todo tipo de comercios en las principales avenidas de la ciudad, la segunda ciudad más importante del país.
Las estaciones de servicio (gasolineras) cerraron para evitar robos, las líneas de ómnibus dejaron de circular y la Cámara de Supermercados anunció que este miércoles los locales no abrirán las puertas si no se garantiza su seguridad, informó el portal del diario cordobés "La Voz del Interior".
Fueron saqueados supermercados, comercios de indumentaria, de artículos deportivos, jugueterías, negocios de venta de motos, sucursales de empresas de telefonía celular y todo tipo de locales a lo largo de la ciudad. Un depósito de Cáritas, en el que se guardaba alimentos para unas 900 personas, fue vaciado.
Los negocios amanecían con sus vidrieras rotas, estanterías vacías y suelos cubiertos de mercancías descartadas.
Las escenas de violencia se repetían  en las provincias norteñas de Tucumán, donde se registraron otras dos víctimas fatales, y en Jujuy, un fallecido.
Policías de  17 provincias se acuartelaron, animados por el alza salarial obtenida por sus compañeros de Córdoba que habían logrado una alza salarial, al igual que policías de las  provincias de Catamarca, Río Negro y Neuquén, quienes iniciaron un paro por tiempo indeterminado en demanda de un salario mínimo de 12.000 pesos.
Los agentes de Río Negro se movilizaron  frente al edificio de la Unidad Cuarta de la ciudad de Cipolletti en donde esperaron la a llegada del jefe de la Policía provincial, Fabián Gatti, para empezar una previsible negociación.
En la de Santa Fe, tercera en importancia por detrás de Buenos Aires y Córdoba, las movilizaciones se extendieron a diecinueve unidades regionales, equivalente a más de 18.000 efectivos. En esta provincia existía, , además, la amenaza de “huelga” de los miembros del servicio penitenciario.
Las fuerzas especiales de Gendarmería y Prefectura se desplegaron en Rosario y Santa Fe y en otros puntos de la provincia.
La situación en La Plata, capital de Buenos Aires, desembocó en altercados callejeros y en el balneario de Mar del Plata los disturbios y saqueos obligaron al intendente (alcalde) Gustavo Pulti, a recomendar mantener cerrados los comercios .
Un  centenar de jóvenes salen  a las calles manejando motos con la intención de saquear comercios. Así llegaron a supermercados y comercios y robaron celulares y netbooks. Los comerciantes "cerraron sus locales y quedaron en actitud de vigilia para defenderse de posibles saqueos", indicó el corresponsal del periódico en Jujuy.
En la provincia de Entre Ríos un joven perdió la vida cuando estaba saqueando un comercio y quedó electrocutado y otras 25 personas sufrieron heridas.
Las imágenes de saqueos, muchas de ellas caseras, se repitieron en varias de las 23 provincias, que en su mayoría vivieron momentos de tensión en la última semana por el reclamo salarial de la policía, que en general exige un aumento por encima del 50 por ciento.
Todos estaban de acuerdo en que el Gobierno había  desatendido la cuestión salarial en las fuerzas de seguridad y había una marcada desigualdad y discriminación en los salarios de la policía, por ejemplo, un policía de la Fuerza Metropolitana, organizada por el  jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, , tenía un  salario tres veces mayor que un policía federal, que en el mismo distrito realiza la misma función.  Esta situación era insostenible y este tipo de diferencia se da en todo el país.
Entre las lecciones que dejó esta huelga policial está que los saqueos cambian con los tiempos y la coyuntura socio-económico de un país, si antes en los  saqueos  robaban  alimentos por la  hiperinflación ,  ahora  eran   zapatillas y electrodomésticos y la  clase  protagonista de los saqueos eran la media-baja , así como las redes sociales  jugaron un importante y clave para la convocatoria y para vender lo robado en los saqueos .
El viceministro de Justicia, Julián Álvarez, denunció que a través de redes sociales como Facebook hay "convocatorias" para realizar "saqueos en la provincia de Buenos Aires" y en otros puntos del país, generando "un clima de desestabilización" y responsabilizó a "sectores políticos".
Los reclamos salariales disparaban otros reclamos de los demás trabajadores como son los médicos, profesores, empleados .
La mayoría de las huelgas policiales fueron auto acuartelamientos o motines , pero lo que ocurrió en la argentina fue un fenómeno nuevo, singular, las  huelgas hoy son diferentes, los policías  protestar sin armas para no ser denunciados ante las autoridades, muchas veces protestan sin uniforme y en horario de franco. Negocian por ellos sus mujeres y abogados, los retirados suelen participar en las protestas al igual que las familias. Por último, cortan calles y queman neumáticos
Los saqueos y la huelga policial se  producían al mismo tiempo, algo que nunca se había producido en la historia de las huelgas policiales en argentina .
Al final, las autoridades se apuran parar  llegar a un acuerdo con los agentes  y la  crisis  revela las contradicciones entre las autoridades quienes se recriminan y se echan la culpa por la situación de abandono salarial de la policía .
La huelga policial  deja libre la vía para que  vándalos y saqueadores hagan de las suyas .
El Gobierno teme que el país se convierta en un polvorín y  existen grupos que buscan sembrar el caos.
Las provincias  se dividen entre una tensa calma y secuencias de saqueos y vandalismo.
El detonante se encuentra en las demandas de mejoras salariales –con sueldos insuficientes- de la cuerpos policiales que, en un efecto contagio, se acuartelan y dejan a buena parte de la población a merced del vandalismo.
El Gobierno reacciona   ante el riesgo de que el país se convierta en un polvorín y maneja la tesis de la conspiración de parte de  grupos que pretenden generar caos y zozobra,  aprovechando la protesta de los policías ;  otros optan por perseguir y /o detener a los huelguistas , pasándolos a disponibilidad , pero estas medidas lo  único que general es mayor incendio o manejan la tesis de que la protesta es una forma de extorsión y que se denunciará a los saqueadores y los desestabilizadores del sistema democrático . Finalmente, le piden a los  policías que están en huelga que utilicen las vías institucionales para el reclamo salarial  .
Las huelgas policiales siempre ponen en discusión el reclamo de la sindicalización de la fuerza. La  propuesta ha ido ganando adeptos en la Argentina, pero también en el mundo. Los argumentos de más peso a favor de la sindicalización son los que sostienen que se trata de trabajadores con reclamos salariales legítimos. Entre las consideraciones a favor de esta propuesta, merece destacarse la que afirma que el sindicato permitiría al Estado una negociación previsible y racional.
Otra lección sacada de esta huelga policial es que las  huelgas de policías no son un invento argentino, ni siquiera en Latinoamérica y siempre habrá huelgas policiales porque la situación socio-económica en que los gobiernos orillan a la policía les obliga a buscar como única salida la huelga policial .
Si los dirigentes políticos  aprendieran de las lecciones de la historia ,   seguramente no cometerían torpezas y errores tan gruesos. Una de las constantes de estos procesos es que en todo conflicto policial de envergadura, la relación entre huelga y saqueo resulta evidente.
Es más, los jefes de la huelga especulan con esta probabilidad, y en algunos casos la manipulan y alientan. O sea que entre huelga policial y saqueo suele haber una relación de causa y efecto que ningún dirigente responsable debería desconocer.
En nuestro país se escuchan tambores de una posible huelga policial para el 5 de febrero y las autoridades del gobierno están confiados en que no se producirá  o no ven ninguna tormenta que se avecina .
Así pensaban las autoridades en argentina antes de esta huelga policial y no supieron estar a la altura  de las circunstancias y se extraviaron en el laberinto de sus pequeños y miserables apetitos de poder , soberbia y vanidad, hasta que la situación se les fue del control.
El conflicto iniciado en Córdoba y resuelto mediante el otorgamiento de aumentos salariales después de que la chusma incendió la ciudad, dio lugar a que las unidades policiales de la mayoría de las provincias se movilizaran en la misma dirección.  La reacción elemental y previsible era la siguiente: si a los cordobeses les fue bien, ¿por qué no a nosotros?
El círculo se cierra con la extensión de los reclamos por aumentos salariales de todo el mundo del trabajo. También en este caso los argumentos son irrebatibles: ¿Por qué aumentarle a los policías y no a los maestros, municipales y trabajadores en general?
Los estallidos sociales, con sus secuelas de destrucción, violencia y muertes, podrían haberse evitado si la clase dirigente, en lugar de estar ensimismada en sus refriegas internas, se hubiera preocupado por anticiparse a los acontecimientos.

Que estas lecciones extraídas de la huelga policial en argentina sirva de enseñanzas para nuestro dirigentes de turno y  no piensen que la policía está dormida en sus aspiraciones, porque basta una sola chispa puede incendiar la pradera .

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