· Cuando el gobierno viola los
derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más
indispensable de los deberes (Marqués de La Fayette -1757-1834- Militar y
político francés).
Ante
los rumores de una huelga policial para el 5 de febrero próximo, es oportuno compartir una reflexión que estoy
seguro pude ser de interés general. Revisemos mentalmente el contexto y la situación que nos permita
adelantarnos a los nuevos escenarios e intentar responder si la huelga policial
es un mito , pero sobre todo, encontrar
respuestas de por qué es remota la
posibilidad de una huelga policial y por qué fracasan las movilizaciones de
policías y militares en retiro , buscando algo loable que es mejorar su situación económica y laboral.
Para ello , el análisis más efectivo
sería colocarnos debajo de la piel de
los policías , de los militares y
del poder para buscar desde allí
explicación a lo que viene sucediendo en cuanto a la conducta , actitudes e intereses de los
policías y militares ( en actividad o en retiro ).
Todos
estamos de acuerdo en que los policías y
militares, en actividad o en retiro,
deben gozar de un sueldo digno que les
permita vivir sin apuros , que un policía no gana más de S/.2000, y que la
canasta familiar cuesta entre S/.3.500 y S/.4.000, como también estamos de
acuerdo en que existe un lógico malestar
reinante en las FFAA y PNP , una insatisfacción palpable que debe ser atendida
de manera urgente y que el gobierno nacionalista ha demostrado indiferencia para atender los reclamos de
mejoras salariales y laborales , más aún, que ha lanzado a la incertidumbre y
deshonra a muchos policías en esta última poda policial, una de las más grandes
que han sucedido en la PNP( cerca de 500
oficiales y 800 subalternos se han ido al retiro, muchos de ellos sin conocer
los motivos ).
El
creciente malestar se aprecia de manera más nítida en la masa de cesante o
retirados, tanto de la policía como de las Fuerzas Armadas por el congelamiento
de las pensiones y la falta de medicinas e insumos en el Hospital de Policía ,
entre otras demandas urgentes que tienen que ver con la dignidad de los
policías y militares que ofrendaron sus mejores años en bien de la seguridad
del país .
Algo
que también es evidente, tangible, es que cada vez existen reclamos más
abiertos a favor de aliviar la deprimida situación salarial de los uniformados,
síntomas inequívocos y comprensibles de irritación de los cuarteles de parte
del sector de la plana subalterna de la policía, incluso, aparecen policías en
actividad en apariciones pública, uniformados , y se escucha y lee en algunos
comunicados en un lenguaje que muchos consideran un tanto subversivos como “ aplicar nuevas formas de lucha”. Aunque
Oscar Pedraza, eterno dirigente del
FENAPOL no coincide con esta apreciación , porque según él, todas las formas de lucha ya son un guisado
en el país. No hay nada que inventar. Esto constituye un aviso de lo que puede
estar cocinándose en el interior de las planas subalternas de la policía y las
FFAA. Todo el descontento e insatisfacción, puede estar siendo aprovechada por
elementos que saben explotar las condiciones subjetivas y objetivas para
encender la pradera.
Lo
siento por el personal de retirados de la policía y la FFAA, incluso, en
algunas jornadas he participado con ellos , caminando en las calles en demanda
de atención a sus derechos , desplazándonos bajo o un sol inclemente, gritando,
repartiendo volantes, amenazando con futuros paros, aunque sabemos que pueden
ser un mito o nada probable. Al final de la jornada, después de las consabidas
promesas de congresistas, algunos discursos un tanto flamígeros de los
dirigentes, todo termina en promesas y la satisfacción de haber participado en
una jornada más. Y de resultados , nada concreto.Nada de nada. Solo promesas,
la satisfacción de haber participado en una agotadora jornada a través de las
calles de la capital; y , luego, hasta la próxima movilización.De lo que he
sacado en limpio de todas estas protestas es que si bien existe malestar
creciente entre los policías y militares retirados, existe también una profunda
división y rivalidad entre las organizaciones que representan a los policías
cesantes y marcado afán de figuretismo de muchos que sus dirigentes están más pensando en las próximas elecciones
reeleccionistas o congresales que en coordinar
y organizar a las masas descontentas , orientándolas hacia la consecución de
metas tangibles o resultados concretos.
Los
hechos que demandan la atención de la prensa son en su mayoría , hechos
aislados, motivados en su mayoría por intereses políticos o personales ,
coyunturales, como las incontables marchas convocadas por las esposas y familiares de los policías ,
muchos de ellos detenidos como fueron Edwar Casas, Abel Hallasi y Magno Ortega,
pidiendo sus libertades , procesados por
la Justicia Militar Policial por los
delitos de Motín y Desobediencia en agravio del Estado y de la PNP.
Las
marchas de la FENAPOL( Federación
Nacional de Policías del Perú), por más voluntad que ponen los dirigentes , se
aprecia que no existe coordinación entre esta Federación y las otras agrupaciones para hacer un solo puño que pueda alcanzar
resultados más más contundentes.Esto evidencia de que el sector de retirados es
un conjunto de asociaciones, instituciones, grupos , la mayoría con intereses
propios, cuya característica más saltante es la división antes que la unión y
carecen de la fuerza o el impacto en sus protestas que pueda intimidad al Gobierno de Ollanta Humala . Eso lo sabe bien
los que gobiernan el país , por ello es que cada cierto tiempo calman los
ánimos , principalmente de los militares y policías en actividad con los
famosos bonos extraordinarios – pero no
a los policías cesantes o pensionistas- quienes son los que realmente
protestan, marchan, gritan, reciben palos y bombas lacrimógenas de los mismos
policías en actividad , que son los que al final se benefician con estas
movilizaciones y protestas, pero todo queda ahí. La división en estas
asociaciones de retirados es tan evidente y palpable que el Gobierno lo sabe,
lo alimenta y lo aprovecha. Tal es así que las protestas de los cesantes no le
asustan ni al ministro de Medio Ambiente y constituyen hechos aislados .Hechos
aislados como el intento de huelga de hambre del Suboficial en retiro, Wilson
Vilcaromero Peralta, en La Catedral, el 1 de abril, quien reclamaba por la
excarcelación de los tres policías presos en Ayacucho , Cuzco y Lima .Al final
, como es un grito en el desierto, fue sacado a empujones del interior de la
Iglesia.Las convocatorias y el impacto de las acciones de protesta de los
retirados , tanto de la policía como de las FFAA son gritos en el desierto porque no
constituyen una fuerza que puede atemorizar al Gobierno . Reitero, eso lo saben
bien las autoridades del gobierno por eso que cada cierto tiempo les dan los
bonos extraordinarios a los policías en
actividad y no a los pensionistas.
¿Qué
pasa con los policías en actividad? Este sector no se involucra en las
reinvidicaciones de los cesantes, salvo uno que otro reclamo personal o
individual de algunos Suboficiales , más alentados por intereses políticos que
institucionales .A muchos policías en actividad no les interesa nada de lo que
hagan los retirados a su favor porque tienen sus propias vidas y sus propios
problemas que afrontar.Están más abocados a sobrevivir día a día, tratando de
cumplir a medias con el trabajo que tienen, conscientes de que el “Patrón
Gobierno” de todas maneras les paga un sueldo a fin de mes, trabajen o no
trabajen- lo más probable es lo último porque no existe estándares para medir
la productividad en la policía. Aparte del magro sueldo que reciben de parte
del gobierno, complementan su presupuesto familiar con dos o tres trabajos
extras. Contemplan desde lejos las protestas de los retirados como los
espectadores ante una corrida de toros. Aprueban mentalmente los reclamos ,
dicen que está bien porque saben que algún día pasaran a ser parte de la masa
de cesantes y lo que puedan lograr o conseguir los retirados, sea bienvenido,
pero no arriesgan nada, tal como sucedió con el bono extraordinario que empezó
como reclamo de los retirados y al final , le dieron a los de actividad . Aquí
se cumplió el dicho de que “nadie sabe para quién trabaja”. Tomando en cuenta
estas premisas, estoy seguro – para ello no se necesita ser un pitoniso o
zahorí- la convocatoria de los cesantes para una huelga policial el 5 de
febrero próximo l pasará sin pena ni gloria, será una de las tantas bocanadas
de alarma , con algunos gritos y
amenazas y , después, todo volverá a los
de siempre: los retirados rumiando su descontento, frustración por la
congelación de sus pensiones y los de
actividad, mirando desde lejos lo que sucede y esperando que les caiga maná del
cielo , gracias a las protestas de los cesantes . El 5 de febrero se llenarán de la indignación de policías y
militares, principalmente retirados, pero así,
griten, amenacen, el gobierno descarta toda hipótesis de una probable
falta de seguridad pública debido a la anunciada paralización policial.
Ya
lo han dicho algunos políticos que gobiernan este país: “La huelga policial del
5 de febrero es un mito “ y no se dejan intimidar por el fantasma del paro
policial de hace 35 años( 5 de febrero de 1975), durante el gobierno del
general Juan Velasco Alvarado que aún permanece latente.Ese paro se dio en un
contexto diferente cuando aún existían las tres instituciones en la Policía,
cada una con mística y personalidad propia. Hoy, la policía es una mezcla de
todo y de nada.En ese entonces, un grupo significativo de la Guardia Civil tomó
el local de Radio Patrullas de la avenida 28 de Julio en el distrito de La
Victoria.Lima y Callao amaneció sin protección policial, situación que fue aprovechado
por agitadores del APRA y otros sectores. Eran otros tiempos. Había mística e
identidad en cada una de las instituciones. Hoy los policías son vejados,
humillados, les lanzan limosnas desde los micros cuando se acercan a recibir
coimas.Ahora la policía es una mezcla variopinta de identidades, de códigos, de
intereses propios, en síntesis, un sancochado que ha perdido lo principal:
mística, respeto, dignidad e identidad. De lo que podemos estar seguros es que Ollanta
Humala y sus ministros del Interior, han creado un foco de malestar cada vez más
creciente en la policía y las FFAA , que sin alguien logra unir esfuerzos de manera coordinada, contar
con un eficiente liderazgo, libre de todo apetito electorero, un plan bien
concebido de protestas y movilizaciones, puede incendiar la pradera o crear problemas en la estabilidad del país con
consecuencias difíciles de predecir . Bien dicen que no existe mayor apertura
para la una tragedia que el ejercicio estúpido del poder ; esto constituye el
error más habitual entre los políticos. El Ejecutivo no ha tenido el trato ni
las respuestas adecuadas en cuanto a los justos reclamos de los policías y
militares, más bien, las expectativas son generadas por la propia situación de
policías y militares. Los cesantes y en actividad no son tontos, saben que no
existe voluntad de la ministra para mejorar las pensiones y los de actividad,
sus sueldos que son migajas, compensadas con bonos extraordinarios que no son
parte del sueldo .
El
5 de febrero , fecha del anunciado paro
policial, pasará a ser una manifestación más de protesta , dejará como
resultado una insatisfacción real que debe ser atendida , ya no por el actual
gobierno sino por el próximo , los políticos seguirán diciendo que las
denuncias son justas , legítimas, pero quedará flotando en el ambiente la
sensación de que la huelga policial es un mito.
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