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La
historia es buena maestra pero nosotros somos malos alumnos
El balance se realiza
con la intención de sacar lección de la experiencia positiva o negativa que
tuvieron los seis ministros del Interior del ex presidente, Alejandro Toledo
Manrique cuando les tocó dirigir uno de los portafolios más complejos y problemáticos
como es el Ministerio del Interior , pilar fundamental del gobierno en el tema
de la seguridad pública y seguridad ciudadana.
El Gobierno de
Alejandro Toledo tuvo seis ministros del
Interior : Fernando Rospigliosi Capurro( periodista, dos veces ), Gino Costa
Santolalla( abogado), Alberto Sanabria Ortiz( abogado), José Reategui Rosello(
abogado) , Félix Murazzo Carrillo ( teniente general PNP y abogado) y Rómulo
Pizarro Tomassio, quienes hicieron todo lo posible o sus mejores intentos por mejorar la
situación en el tema de seguridad ciudadana y en un Ministerio que encierra tantos secretos y misterios, pero al
final fue un intento infructuoso y tuvimos una quinquenio perdido .
La experiencia enseña
que existen dos maneras de dirigir el Ministerio del Interior . El primero es
como "el marinero" que navega en la superficie , sorteando las
tormentas y rezando para que el azar del destino no lo traicione y así llegar a
un puerto sano y salvo ; la otra es adoptar la actitud del "buceador" y
de manera audaz y temeraria, meterse en las profundidades del sector para cazar
y acabar con los monstruos , pero con la secreta esperanza de no morir en el
intento y salir a la superficie sano y salvo.
De los seis ministros
del ex Presidente Alejandro Toledo, cuatro fueron "buenos marinos"
que supieron navegar en la superficie, incluso, uno se vio envuelto en medio de grandes
tormentas, apenas empezaba a sentir el dulce del poder . Pero hubo uno que
temerariamente se metió en las profundidades del sector interior para intentar
cazar los monstruos que moran en sus profundidades desde tiempos inmemoriales,
pero al final fue decapitado en poco tiempo por la " Prensa Piraña” que es la que más abunda
en el país .
La experiencia nos
dice que si en los seis primeros meses de un nuevo gobierno que es una escobita nueva, no se realiza todas las reformas o cambios
estructurales que necesita urgente el Ministerio del Interior, cuando se
pretenda hacerlo después de ese tiempo , se torna difícil y bastante complicado
debido a que las aguas turbulentas que se abrieron ante las expectativa de
cambio por la llegada de un gabinete que empieza un régimen de cinco años, se
cierran herméticamente , todo vuelve a su nivel y se mantiene el status quo .
Entonces, queda el sabor de nuevamente un quinquenio perdido en nuestra
historia .
Los ministros
trataron de solucionar el problema de la inseguridad ciudadana , pero todo
quedó en buenos intentos y somos testigos que la Capital , por ende el país,
sigue siendo un laboratorio experimental de fórmulas fallidas e intentos
infructuosos en el tema de seguridad ciudadana y resulta habitual que cada
ministro , después que asumir el cargo, intente bajar o controlar los altos
índices delictivos a su manera, incluso, borrando todo lo que hizo el antecesor
y empezando de cero . ¡ Craso error!.
Uno de los grandes
males en el tema de seguridad ciudadana es la falta de planificación de mediano
, corto y largo plazo con objetivos, estrategias y metas concretas que se
puedan evaluar cada cierto tiempo a través de indicadores de desempeño;
asimismo, la falta de balance después de cada gestión de manera sincera y
autocrítica ; y , finalmente, la carencia de seguimiento o continuismo en
cuanto a los planes o intentos realizados por los antecesores..
Fernando
Rospigliosi Capurro
Cuando se nombró al
periodista Fernando Rospigliosi como ministro del Interior algunos “especialistas”
se mostraron sorprendidos y dubitativos si un periodista podía dirigir un portafolio que se
caracterizaba porque durante una década fue el “bunker” de los militares , los
mismos que imprimieron su sello personal , dejando la impresión de que solo un
militar podía dirigir este portafolio y que los civiles o policías en retiro,
no podían hacerlo porque eran “minusválidos mentales”
Gustavo Gorriti,
parte del gremio del nuevo ministro, cuando le preguntaron en una entrevista
sobre él , dijo : " es una persona de ideas claras, conoce el tema, tiene
valentía e integridad , se ha ganado el respeto que un periodista talentoso y
valiente puede haberse ganado por su enfrentamiento con la dictadura , ha
estudiado con cuidado el tema militar y civil y es un ideal muy lejos de ser la
mejor opción".
Rospigliosi en sus
comienzos se hizo asesorar por especialistas de la policía y poco a poco, en su
condición de gran polemista , agudo analista político y contando con el apoyo
de su gremio , endureció su posición, conforme aumentaba la resistencia de
diferentes sectores contra el gobierno y frente a las críticas del régimen, se
convirtió en el “parachoque” del gobierno .
En su intento por cambiar la
situación y por sugerencias de sus asesores, puso atención y toda su energía en
llevar a cabo la reforma policial como tarea urgente e insoslayable que la
población reclamaba debido a que después de una década del fujimontesinismo, el
Ministerio del Interior y la Policía Nacional , quedaron “contaminadas” por el
militarismo y la corrupción . La situación exigía cambios radicales para
acercar la policía a la población, quitarle los atisbos de militarismo, acabar
con el secreto en el manejo presupuestario, volverla productiva y competitiva .
Para llevar a cabo la
reforma policial se crea la Comisión Especial de Reestructuración, convocando a
destacados profesionales, líderes de opinión y policías de los cuatro códigos (
ex Guardia Civil, ex Policía de Investigaciones , ex Guardia Republicana y
Sanidad).
Esta comisión , en
base a la Resolución Suprema Nº 0965-2001-IN publicada en el diario oficial El
Peruano, el 4 de octubre del 2001 , empezó su trabajo con gran expectativa ,
pero al final, se perdió en el camino , al igual que la Reforma Policial .
Este gran intento
terminó en manos de dos especialistas allegados al ministro Rospigliosio, uno
de ellos era Carlos Basombrio, quienes intentaron copiar el modelo español de
Policía Comunitaria e implantarlo en un país con características tan peculiares
y disímiles como es el Perú .
Un Libro Verde que
duerme en las bibliotecas de la PNP, es el mudo testigo de este infructuoso intento que demandó
energías, tiempo y dinero.
Al abrir las páginas
de este libro , aprecias que no existe un verdadero diagnóstico situacional del
Ministerio del Interior y están ausentes las estrategias y las metas. ¿ Qué
pérdida de tiempo, energía y dinero?
La mayoría de las
reformas policiales fracasan porque los
operadores no conocen que en la policía existen los rezagos de las ex
instituciones o “códigos “ que traban todo intento de cambio, no se ponen de
acuerdo porque nunca les explicaron o entendieron que es una “reestructuración”
, “ reingeniería” o “modernización” . Y, si en los inicios se convocan
operadores policiales que conocen el tema, poco a poco son desplazados por
amigos y sabihondos de ONGs , institutos o asociaciones , vendedores de
"cebo de culebra " o aquellos que pretenden hacer conocer que han
encontrado la piedra filosofal.
De esta experiencia
de reforma nos queda una institución que empezó a engordar convirtiéndose en elefantiásica.
La manipulación
política del grado máximo de la policía ( generales) y la carencia de una ley
de situación y carrera policial – recién en las postrimerías del gobierno se
aprobó la ley de situación policial – hace que cada cierto tiempo se sacuda la
institución en época de cambios y ascensos, principalmente , en los primeros
meses o años de un nuevo gobierno que entra con la espada desenvainada .
El 15 de diciembre
del 2001 , la policía es remecida por un sismo de gran intensidad . El general
PNP José Tisoc Lindley es nombrado director general en reemplazo del teniente
general, Armando Santisteban de la Flor , quien pasó al retiro el 31 de
diciembre .
Tisoc era el número 12 en el escalafón y como es natural, si un
menos antiguo asciende, entonces los “ de arriba”, se tiene que ir por
renovación o quedarse a medrar en la institución a la espera de una dádiva en
algún cargo o que “pinte la virgencita” si es que cae el director general .
Existe un ejemplo de un general que se quedó siendo más antiguo y que luego,
ante la caída del director general, asumió su cargo .
El
Plan de racionalización
Rospigliosi intentó buscar solución al problema del déficit de
personal . En el 2001, apenas la
población policial era 93 mil y había urgencia de reforzar la seguridad
ciudadana con “policías a pié” o la llamada “policía disuasiva”; entonces ,
diseñó un plan de racionalización que logró en poco tiempo sacar de las
unidades administrativas y especializadas un aproximado de 3,500 efectivos,
entre oficiales, suboficiales y especialistas y reasignarlos a las Comisarías.
Esta “racionalización”
fracasa porque no se cuenta en la PNP con
un “banco de talentos “ , no sabemos quién es quién o cuál es su habilidad o
potencialidad . Es así que puedes encontrar peritos o especialistas en
seguridad e investigación criminal en seguridad de penales .
Previamente , no se
identificó las habilidades y este proceso sirvió para que las distintas
unidades se desprendiesen de ese 10 % que pedía el comando del total de su
contingente, aprovechando para desprenderse de “indeseables” , indisciplinados,
pero también , policías que gozaban de “ puestos privilegiados”- como se conoce
en el argot policial- aquellos que ganen dinero adicional como seguridad de
personalidades o embajadas. Es así que de pronto, no era raro, comprobar que en
las Comisarías llegaban peritos en las distinta ramas de la ciencia Criminalística,
, técnicos en motores de aviones que habían seguido cursos en el extranjero,
etc. era una cosa de locos.
El 20 de junio del
2002 , Fernando Rospigliosi , al terminar de leer una carta tratando de justificar que jamás había
agraviado al pueblo arequipeño , renuncia al cargo y el 14 de septiembre 2002 ,
es reemplazado por su viceministro y el abogado, Gino Costa Santolalla , en
medio de un ambiente de escándalos por innumerables casos de corrupción que
cometían policías en actividad y que la prensa hacía comidilla del día .
Gino
Costa Santolaya
De todos estos
escándalos propiciados por elementos de la policía que estaban al margen de la
ley, la gota que derramó el vaso fue el
robo de 17 fusiles AKM y 10 pistolas automáticas en la Jefatura Metropolitana
Norte – 1 donde estuvo implicado el capitán PNP Max Pajuelo Villafuerte).
El nuevo ministro , en su discurso de entrada,
promete combatir de manera implacable los actos de corrupción en la policía ,
creando un banco de antecedentes policiales.
En diciembre aparece en una encuesta que la PNP era la segunda institución más corrupta del país y
Gino Costa lanza una consigna cívica con el sugestivo nombre de “¡
No, señor, a la policía se le respeta!”, antesala de una de las más grandes
podas que se hizo ese fin de año: se invitaron a 322 policías utilizando el sambenito de “
renovación” . Como consuelo, Costa dijo a los medios que "i bien es cierto
que iban muchos policías, también se estaba ascendiendo 711 policías".
La poda y los
ascensos de ese año causó el deterioro paulatino de las relaciones entre el
ministro y el director general de la PNP hasta el punto que estas discrepancias
se hicieron públicas.
El entorno de Costa
consideraba que la molestia de Tisoc se debía a que uno de sus oficiales de
confianza había sido sacado de la lista de propuestos para ascender de
coroneles para generales ; situación que lo llevó a tomar la decisión de poner
su cargo a disposición y solicitar su pase al retiro , generándose una crisis
interna que culminó con la intervención del mismo presidente Toledo quien puso
“ orden en la casa”, ratificó su confianza en el ministro e hizo un llamado al
“rebelde” Tisoc para que se subordine . El director general PNP había hecho
varios desplantes al ministro Gino Costa como el hecho de nombrar al general
PNP Jorge Cateriano Portocarrero en el cargo de Inspector General , sin
conocimiento y aprobación de él .
El 27 de enero del
2003, al enterarse que su cartera había sido colocada al mejor postor , Gino
Costa presenta su renuncia irrevocable “ , sumándose otros funcionarios a esta
decisión, todos de su confianza y misma línea :Carlos Basombrio , viceministro
del Interior, Susana Villarán, defensora del Policía y el director del CNI,
Fernando Rospigliosi . Era un gesto simbólico de lealtad a la gestión de Gino
Costa y quedó registrado como un acto sin precedentes en la vida política del
Perú.
De esta manera se
alejaba del gobierno la izquierda
independiente o la " izquierda
caviar", dejándole espacio a la línea partidaria de Perú Posible.
Alberto
Sanabria Ortiz
Apenas se fue Gino
Costa, entró en su reemplazo Alberto Sanabria Ortiz, abogado y antiguo
militante de Perú Posible. El general PNP Eduardo Pérez Rocha , el 3 de febrero
2003, reemplaza al “rebelde” Tisoc .
El paso de Sanabria,
controvertido personaje como ministro del Interior , fue bastante efímero. No
bien acababa de sentarse en el sillón ministerial cuando le empieza a llover
una serie de denuncias de todo calibre con la intención de descalificarlo como
titular del portafolio . Entre las más graves estuvo el cobro de doble sueldo , beneficiándose con una
resolución aprobada por el general EP ® José Villanueva Ruesta cuando fue
director general de Gobierno Interior o recibir de manera irregular , pagos por
trabajos no realizado.
Ante la presión de la
prensa y la opinión pública se vio obligado a renunciar, ingresando en su
reemplazo, por segunda vez, Fernando Rospigliosi, no obstante el malestar del
pueblo arequipeño que tomaba su nombramiento como una provocación , quien i
acababa de renunciar a su cargo como director del Consejo Nacional de
Inteligencia ( ex Servicio de Inteligencia Nacional ) .
Estando nuevamente en
el poder, lo primero que hizo Rospigliosi fue relevar al teniente general PNP
Eduardo Pérez Rocha del cargo de director general de la PNP , invitarlo al
retiro y nombrar en su reemplazo al general PNP Gustavo Carrión Zavala.
Su segundo período
fue bastante accidentado y tuvo que manejar problemas complejos como la huelga
de los cocaleros( abril 2004), la aparición del camarada Artemio en una
entrevista por TV y el descontento de los policías con los nuevos uniformes
adquiridos durante su gestión .
El hecho de haber
sido nombrado dos veces como ministro del Interior infló su ego , empezó a
sentirse indispensable, un predestinado para el cargo, que si salía del mismo ,
el país se iba al infierno y cometió gruesos errores que lo llevaron a generar
conflictos en el interior del gabinete (con el titular de agricultura), darse
encontronazos con el presidente Toledo y en su momento, estaba tan seguro de sí
mismo, que no tuvo la intuición de renunciar antes como ministro del Interior ,
confiado en que no iba a ser censurado por el Congreso por el hecho de no haber
podido evitar el ajusticiamiento del alcalde del distrito de Ilave , Cirilo
Robles..
Javier
Reategui Rosello
El 5 de mayo fue
censurado y quedó en el ambiente la percepción de que el mismo Toledo le había
bajado el dedo . Tres días después ( 8 de mayo ) de su salida, es nombrado como
ministro del Interior , Javier Reategui Rosello , empresario del entorno del
presidente Toledo , fundador de la Chakana , sujeto bastante parco , que no
conocía nada sobre seguridad y menos aún, sobre las sub culturas
organizacionales de la PNP.
Uno de sus méritos
más destacados era que había sido Presidente de la Sociedad Nacional de
Exportadores. Como los anteriores ministros, estaba muy lejos de ser el
ministro ideal que se requería para esa cartera, por lo tanto, no se le
auguraban mucho tiempo en el portafolio . Se rumoreaba en los pasillos
políticos que su designación obedecía a que nadie quería tomar este puesto
porque era una “papa caliente “ y que era un “ministro bisagra “, un
“todoterreno”, especialista en generalidades y adaptable a los momentos .
A la semana siguiente
( 15 de mayo) , el general PNP Félix Murazzo Carrillo es reconocido como
director general de la Policía en reemplazo de Walter Carrión . Durante la
ceremonia de relevo , hizo el anuncio que seguirá con la reforma policial
emprendida durante la gestión del ex ministro del Interior, Fernando
Rospigliosi .
Todos los ministros y
directores generales de la PNP, después de Fernando Rospigliosi y Gino Costa,
arrastraron la odiosa, pero infaltable comparación, con sus gestiones. Esto se
debió a que de manera inteligente y astuta, ambos dejaron la falsa estela , un
tanto inflada por sus amigos incondicionales del gremio de periodistas y la
"izquierda caviar " que habían sido los mejores ministros en manejar
los temas de la reforma policial y la seguridad ciudadana; entonces, cada vez
que entraba un nuevo ministro, cargaba con la cruz y reto de “ acabar con la
inacabada reforma policial “ .
General
PNP Felix Murazzo Carillo
Félix Murazzo dejó de
lado el término “reforma policial “ y empezó a usar el de “modernización de la
policía”. Fue uno de los ministros que intentó bucear en las profundices del
sector interior , conocía esos “pequeños detalles” que le daba el hecho de ser
policía y haber trabajado en unidades operativas de la ex Policía de
Investigaciones, incluso , llegó a golpear una pequeña fábrica de clorhidrato
de cocaína que venía funcionando hacía dos años y producía dos toneladas
métricas de Cocaína en el Valle de los ríos Apurimac –Ene ( junio 2003) , pero
fue decapitado por esa osadía y temeridad. Los monstruos de las profundidades
pidieron su cabeza .
En su gestión
ministerial fue acompañado por el general PNP Marcos Miyashiro Arashiro como director
general PNP.
Por primera vez en la
historia policial, el ministerio y la policía eran manejados por el “código 2”.
Coincidencias de la historia y que me parece , nunca más se volverá a repetir.
Ese mes de junio , empezó en implacable y persistente campaña de desprestigio a
través de la prensa para traerse abajo al ministro Féliz Murazzo , llevándolo a
dar explicaciones al grupo de trabajo de la Comisión de Defensa del Congreso
que investigaba el supuesto seguimiento policial al propietario de Frecuencia
Latina .
Este ministro tardó
mucho en darse cuenta que detrás de esta soterrada campaña se tendían hilos
invisibles que venían desde la época en que formó parte de un equipo de
investigación del Caso “El Padrino “ ( 1985). En las sombras maquinaban
tumbarselo las "serpientes de larga memoria"( enemigos que nunca
olvidan ).
Uno de sus
principales colaboradores , amigo y asesor personal , el mayor PNP en retiro,
Juan Gaviria, quien había trabajado con él en INTERPOL , durante el gobierno de
Alberto Fujimori, aseguraba que su ex jefe estaba vinculado al SIN , lugar
donde se había reunido con el Almirante Rosas y Vladimiro Montesinos.
Rómulo
Pizarro Tomassio
Como era de esperarse
y para poner paños fríos a este tema, Murazzo es reemplazado por Rómulo Pizarro
Tomassio, administrador de carrera, dirigente de Perú Posible y ex jefe de
campaña del presidente Toledo . El 5 de setiembre 2005 , también es relevado el
teniente general PNP Marcos Miyashiro de su cargo de director general ,
ingresando en su lugar el general PNP Luís Montoya.
Miyashiro había
durado nueve meses como director general de la PNP y su inflexible honestidad ,
lo lleva paradójicamente a la destitución. Al igual que Murazzo, antes de su
salida, estaba viviendo su crónica de muerte anunciada.
A fines de agosto,
cuando se vio envuelto también en una serie de mentiras e intrigas, levantadas
por la prensa , quemó sus últimos cartuchos y envía una carta escrita a La
Ventana Indiscreta . La decisión de su salida la tomó el presidente Toledo por
un taimado rencor ante la declaración o acción disciplinaria del general Miyashiro
, quien también fue víctima de la campaña de desprestigio .
Cuando ingresa el
último ministro del Interior , el diagnóstico del sector arrojaba lo siguiente
: bajo nivel de confianza de la población en la policía, elevada percepción de
inseguridad ciudadana, pocas acciones concretas e integrales en seguridad
ciudadana, deterioro y casi nulo mantenimiento del parque automotor, escaso
sistema de información para visualizar focos y ámbitos de la delincuencia,
problemas de transparencias y corrupción ( combustibles, medicinas ,
adquisiciones, etc.), remuneraciones congeladas en la policía , deudas de
vacaciones , viáticos y otras deudas impagas.,etc.
El ministro Pizarro
intentó hacer realidad la promesa que hizo el presidente Toledo en su discurso
del 28 de julio 2005 que la seguridad ciudadana pasaba a ser política del
Estado , anunciando que el 88 por ciento de policías saldría a patrullar las
calles , el 12 por ciento restante haría labores administrativas .
Diseñó un plan de
seguridad ciudadana para 90 días buscando que bajar los altos niveles de
delincuencia expresado a través de cifras alarmantes: cada dos días , un asalto
en carreteras ,es decir, 180 al año; 20 secuestros al mes, es decir, 240 al
año, mientras que el pandillaje respecto al año pasado ha crecido en 50%. Otro
tema que llamó su atención también fue el convenio con las empresas de
seguridad privadas para que participen apoyando en el tema de la Seguridad
Ciudadana. Son más de 20 mil vigilantes en Lima y Callao , tienen 1500
vehículos y 8 mil armas, además, cuentan con modernos sistemas de comunicación.
Resumen
del quinquenio
Haciendo un balance
de la gestión de los cinco ministros antes mencionados , podemos extraer
algunas situaciones comunes que se les presentaron a todos ellos : todos
encontraron al ministerio con un déficit presupuestario que fluctuaba entre el
31% al 43% y el 90% del presupuesto es utilizado para cubrir la planilla y las
obligaciones; la policía carecía de
autoestima, tenía mala imagen, existía
un déficit en cuanto a recursos humanos ( en el 2001 , eran 93,823 efectivos en
situación de actividad , actualmente deben ser menos de 90 mil efectivos ), 571
millones de nuevo soles era el compromiso y la deuda que tenía la PNP, entre los que se incluye la deuda de 150
millones de nuevos soles con los proveedores, considerando los intereses de la
deuda, la última compra de municiones y explosivos data de 1999 y parque
automotor que tiene casi 20 años de antigüedad, los policías estaban desmotivados por los retrasos y manejo
irregular de los ascensos, la labor policial subvaluada y sometidos a injustos
castigos y desprotección en el derecho de defensa, cuando incurren en delitos
por cumplimiento de la función, baja calidad de vida y bienestar , problemas de
racionalización y rotación adecuada del personal de acuerdo a su especialidad ,
escasos recursos logísticos , falta de
capacitación y carencia de perfiles profesionales y académicos , así como una
inacabada reforma policial .
Al final del
quinquenio perdido del Gobierno de
Alejandro Toledo , la Policía continuaba siendo una institución incompetente,
improductiva, canibalizada por otras instituciones y era urgente la moralización del Sector Interior
para lograr el manejo transparente de sus gastos e inversiones , terminando así
como la cultura del secreto y la corrupción.
Sin lugar a dudas,
después de este balance, podemos concluir que el quinquenio del presidente
Toledo, en cuanto al Sector Interior y la seguridad ciudadana es un quinquenio
perdido.
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