Con las maniobras de
favoritismos y amiguismos en los exámenes de ascensos de la promoción 2014 de
la Policía Nacional, que compromete y vincula
seriamente la gestión del ministro
del Interior, Wilfredo Pedraza Sierra; hechos que fueron revelados por un
diario de la capital en el sentido de que
tres sobrinos del titular del Interior y uno de la primera dama, fueron
beneficiados en sus exámenes de ascenso, y que se habían detectado
‘contrabando’ de fichas de preguntas y respuestas de las evaluaciones de
conocimientos en el norte del país, en donde estaría como como uno de los principales responsables de las
irregularidades en el proceso de
ascenso, es general PNP Víctor
Dalmiro Carrera Quintanilla ,actual Director de Educación y Doctrina de la PNP,
incondicional de Pedraza, se confirma una vez más, que cada año , no existe una etapa más traumática y estresante para los policías que la etapa de los ascensos , cambios de colocación o
las invitaciones .
Tal mal se
han realizado estos procesos , que los ascensos , cambios de colocación o
invitaciones de fin de año, en la Policía Nacional, constituye una etapa nebulosa donde todo está permitido,
porque las reglas en cuanto a los ascensos no son tan claras y está contaminado
“políticamente”, principalmente, en los
niveles más altos, en los ascensos para coroneles y generales.
En esta
etapa, prácticamente, desde los meses octubre, noviembre y diciembre, el
trabajo se paraliza y todos están pendientes de los ascensos, después de las
invitaciones y finalmente, los cambios de colocación y los policías, de todos
los grados, con cogidos por esa fiebre, el estrés, la tensión y la angustia. Estos sentimientos también son
compartidos por la familia más directa
del policía: padres, esposa e hijos.
La
situación traumática y estresante obedece a que cada año se cambian las reglas
de juego en los ascensos, se sabe que nadie garantiza la pulcritud de las
pruebas de evaluación y existen muchos policías que por ascender venden a su
quinta generación .
En esta etapa febril,
en los pasadizos de las principales
unidades policiales se sueltan bolas, rumores: te quedas, asciendes, te
invitan, etcétera.
Esta situación de
estrés es más fuerte en los grados de
coroneles y generales; los primeros que esperan el ascenso a las estrellas y
los segundos, que no saben si se quedan o se van. La familia se contagia y siente los temores, las
esperanzas y las aflicciones del esposa, del padre, del hijo.
Te quedas.
Asciendes. Se sueltan las bolas, rumores. Si quieres enterarte de la “ultima “
en cuanto a los ascensos a generales y quienes se quedan , el lugar más
propicio es el Instituto Nacional de
Altos Estudios Policiales (INAEP), lugar
donde los coroneles estudian un ano esperando ser promovidos a generales y
cuentan con el tiempo suficiente estudiar cada candidato a general, cuáles son
tus puntos débiles, su puntaje, los cursos que te faltan, quiénes pueden ser
los posibles candidatos para el ascenso
al grado inmediato superior, quiénes
están boceados , los potenciales ; se miran los rostros, tratan de descubrir
sus secretos.
Los que
están seguros se mantienen fríos, distantes, no entran al juego.
La mayoría
de los coroneles saben que sabe que no
existen reglas escritas y en los ascensos para general todo vale: lobbies,
arrastradas, franelitas, un sobre sustantivo que no baje de los 50 mil verdes, etcétera.
Así que
cuando empieza el proceso de ascensos, se comienza a buscar a los hombres
claves cuyo peso político puede ayudar para el ascenso. Se empieza a buscar al
padrino, al congresista, al secretario privado del presidente de la República.
Todo vale. Se generan lobbies, se piden préstamos para los regalos, las cenas,
aparecen los “mecedores”, los traficantes de humo, los que dicen conocer a tal
político, congresista, etcétera.
Los
ministros del Interior, cada año, cambian las reglas de juego, todo obedece a
una táctica calculada, mientras venden hacia fuera , honestidad, transparencia,
que este año todo será diferente, que se
respetará la antigüedad, la capacidad, el talento, la “meritocracia” . La palabra
“meritocracia” se pone de moda , pocos entienden que significa, pero suena bien.
Los ministros
del interior, dicen que la meritocracia
que impulsa el gobierno en el sector público es fundamental y , no respetarla, crearía malestar, disminuye la moral del policía y la
institución se desprestigia.
Recuerdo
que el general Hernani Meloni, ex
ministro del Interior, propuso ascender a los mejores coroneles de la Policía que se encuentren aptos para el ascenso para que ocupen los cargos en
los cuales tengan que administrar recursos del Estado como combustible,
alimentos. Quería asegurar que los futuros generales no metan la uña en estas
áreas sensibles y para ello, debía revisarse su trayectoria profesional, que sea limpia.
Pero al final , todas
son medidas demagógicas, populistas , se juega con la fantasía de los policías,
porque la verdad suele ser dura y desagradable : como no existen reglas claras
en los ascensos o un plan de carrera que se respete , hace tiempo que los
ascensos a general , un ascenso netamente “político”, de “confianza”, escapó
al poder discrecional del comando
policial o del ministro del Interior ; todo se orquesta o se digita desde el
Palacio del Gobierno y el margen que le dejan al director general de la
PNP y al ministro del Interior , son limitados
.
Esta situación también les causa traumas, estrés, insomnios, al ministro del Interior y al Director General
de la PNP, porque ellos también sus amigos , sus sobrinos, quieren quedar bien
con los compadres, los entrañables amigos, con algunas ONGs que patrocinan y
apoyan el ascenso de algunos coroneles, con los congresistas que tienen sus
candidatos, con la familia, etcétera . Todo un cambalache.
De lo que podemos
estar seguro – ya no existe dudas porque así lo dijo un ex ministro del
Interior cuando le preguntaron sobre los ascensos a generales en la policía-, es que el ascenso a general es “político”, está teñido de
política, es un grado de confianza, ascienden sólo los coroneles que gozan de
la simpatía del Gobierno, que tiene buenos padrinos, que logra llegar al poder
detrás del trono , a la cúpula aprista, al secretario privado del presidente de
la República, al presidente del Congreso .
¿Quiénes son esos
coroneles afortunados que cuentan con este apoyo “político”?Nadie sabe, aunque
todos sospechan. Estos coroneles mantienen en secreto esta relación, no dicen
nada, escuchan, van a las reuniones, felicitan a los prospectos, aquellos que
celebran , que dicen que están en la lista – tal vez sea así- pero días antes
del Año Nuevo, entre gallos y medianoches, dan el golpe , se borraron las
listas y aparecen como los ascendidos. Siempre se espera el último momento, la
última hora, los últimos minutos, porque el pan se puede quemar en la puerta
del horno. Eso lo saben los coroneles, nadie puede estar seguro de ascender
hasta el último momento, cuando llegó el 1 de enero del año próximo.
Como el ascenso a
general es “político”, no está sujeto a ninguna regla de juego, ex profesamente
no se ha establecido normas, todo se deja al azar. No existe concurso, no hay
cuadro de mérito, todo se hace a dedo, por selección.El coronel que pretende
llegar ser general , la máxima
aspiración de un policía, la cima del poder , debe fortalecer sus rodillas o
ser un experto lobbista , más efectivo que el mismísimo Rómulo León y guardar o
prestarse un pequeño capital para los
regalos, las cenas o los compromisos .
Para llegar al grado
de general se camina por un sendero pedregoso, lleno de espina en donde las
traiciones y deslealtades está en cada esquina.Si a un coronel le dicen que
para su ascenso a general debe matar, lo hace. Traiciona a sus amigos,
promociones, le clava el puñal.
¿Por qué tanto interés en este grado?
Este grado te permite
administrar los recursos de la
institución. Si tienes suerte y amigos en el comando policial o el ministerio,
puedes llegar al suministro de
combustible o de alimentos. Y, de pronto, del departamento en donde habías vivido
gran parte de tu vida como oficial, te trasladas a vivir a unos lujos y
confortable vivienda de dos pisos en Casuarinas, La Molina , Salamanca . Pero,
para cubrir las apariencias de vez en
cuando bajas al apartamento. El Chalet se guarda bajo hermetismo.
Hasta coronel puedes
ascender por tus propios méritos; más
allá, es cuestión de suerte, oportunidad
o compadrazgo, porque todos los años se cambian las reglas de juego para el ascenso. Este año no
es la excepción.
La razón de este cambalache en
los ascensos es que no existe un plan de carrera que y realmente nadie quiere
elaborarlo porque no conviene a los intereses
.
Al no existir un plan de carrera se asciende por concurso hasta coronel
pasando a ser los ascensos en la PNP ,
principalmente en los más altos grados, un proceso injusto , discriminatorio ,
abusivo , en donde todo se permite , los lobbys y el tráfico de influencias .
Normas y
procedimientos para los ascensos, existen y en demasía. Tal es así que todos los
años se cambian las reglas de juego para los ascensos hasta coronel.
Pero al final tenemos
que aceptar – por eso es que contamos con generales que no sabemos ni el tono
de su voz- que el proceso
de ascensos al grado de general en la PNP siempre estará signado por la elección a dedo antes que por el mérito,
una etapa de intrigas, pugnas , tensión , en los ya
inquietantes procesos de ascenso en la Policía Nacional.
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