jueves, 18 de marzo de 2010

EL LAVADO DE DINERO



El lavado de activos en el Perú mueve unos 22 millones de dólares anuales solo por la venta de cocaína ( unas 302 toneladas por año) que coloca al Perú el puesto 12 de los países de América Latina que más dinero lavan a través de canales bancarios , ubicándose en el puesto 14 en cuanto al uso de canales bancarios , según estudios del BID .

El talón de Aquiles de la criminalidad

Las organizaciones criminales que operan a nivel nacional e internacional genera el movimiento de importantes flujos internacionales de dinero.

Este movimiento de dinero ha sido considerado el talón de Aquiles de la Criminalidad Organizada, debido a la dificultad de encubrir el origen ilícito de esos bienes. Sin embargo, a poco que se analice la complejidad de las maniobras que se llevan a cabo para enmascarar los beneficios que generan las actividades ilícitas subyacentes, esto es los “objetos sociales” de estas empresas criminales se podrá sostener quizás que el reciclado del dinero y de los beneficios económicos es también el talón de Aquiles de los investigadores, quienes más de una vez, sino en la mayoría de los casos, encuentran verdaderas dificultades para lograr la detección de dichos flujos dinerarios, sea por la máscara a la que fueron sometidos o por la existencia de una red de corrupción que facilita la utilización de dichos bienes y todo ello sobre la facilidad que ofrece la trama del sistema financiero internacional.

Frente a ello, parte de la doctrina y de acuerdo a lo que se podría desprender de la ubicación sistemática del delito de lavado de dinero dentro de la legislación de algunos países, sostiene que a través de él, se protege el mercado financiero.

Así, la Directiva de la Unión Europea del 10 de junio de 1991 relativa a la prevención del uso del sistema financiero para el proceso de lavado de dinero, es considerada una contribución de la Comunidad Europea a la prevención del crimen organizado en general, aunque siempre se señale al narcotráfico en especial.

Sin embargo, esta Directiva constituye una norma para proteger la integridad del mercado financiero de la comunidad.

Ello, en razón de lo que se establece en el Memorando que acompaña la Directiva a través del que se establece que los Estados tienen la responsabilidad de impedir que los lavadores saquen ventaja o provecho del único mercado financiero (el de la Unión Europea).

El Fondo Monetario Internacional sostiene, sobre la base de estudios empíricos indirectos sobre la criminalidad y la denominada economía subterránea, así como sobre el rol cada vez más importante del lavado de dinero en las actividades ilegales, que el lavado está suficientemente generalizado para tener un impacto sobre la situación macroeconómica.

Sostiene de que las personas que llevan adelante el proceso de lavar dinero no necesariamente buscan invertir su dinero en aquellos lugares que le ofrecen mayor rentabilidad, sino que buscarán aquellos sitios en los cuales puedan reciclar mejor su dinero, como menores riesgos.

Por lo tanto, el movimiento del dinero puede tomar direcciones que no respondan a los fundamentos económicos, huyendo probablemente de países que les ofrezcan buenas y rentables tasas de interés, hacia otros con tasas de interés menores.

Estos movimientos sin racionalidad aparente –desde el punto de vista económico- puede tener como efecto la desorientación de los responsables políticos, con el riesgo de una reacción inapropiada.

Por ejemplo, un corrimiento de la demanda aparente de la moneda, ligada a actividades de lavado de dinero que escapa a las estadísticas, puede afectar la estabilidad de las tasas de interés y de la paridad cambiaria.

Por lo tanto en el nivel nacional, los flujos financieros importantes debidos al lavado de dinero pueden influir sobre las variables como la tasa de interés y la paridad de cambio.

En el nivel internacional, estos movimientos – que son considerados temporales- pueden tener como efecto desestabilizar los mercados, en razón de la interdependencia de los mercados financieros mundiales.

Las dificultades financieras que aparecen en un lugar determinado pueden fácilmente propagarse a otros, transformando de tal forma un problema nacional en una crisis sistemática.

Los fondos que se obtienen ilegalmente pueden servir para corromper a los responsables del funcionamiento de esos mercados y ocasionar daños perdurables, ya que los mercados pueden perder rápidamente credibilidad, pero por el contrario tardan mucho tiempo para volver a encontrarla.

Entre los efectos macroeconómicos que el Fondo Monetario Internacional ha señalado, encontramos:

Variación de la demanda de dinero, aparentemente sin relación con la evolución económica, tal como debe ser medida.

Inestabilidad de la paridad cambiaria y de las tasas de interés, debido a los movimientos de fondos imprevistos que impliquen su transferencia fuera de la región.

En relación con los establecimientos financieros, inestabilidad del pasivo y aumento de los riesgos desde el punto de vista de la calidad de los activos, lo que conlleva riesgos sistemáticos para la estabilidad del sector financiero y de la situación monetaria en general.

Repercusión sobre la recaudación impositiva y la afectación del gasto público, debido a la inexactitud de las declaraciones de ganancias y del patrimonio.

Efectos de contaminación sobre las transacciones legales, en tanto que los operadores temen una responsabilidad criminal.

Cabe preguntarse si la realización de las actividades prohibidas que generan dinero, bienes y sus respectivas ganancias constituye un mercado o si están fuera del circuito económico y por lo tanto del financiero, a los que ingresan solamente a través del proceso del lavado de dinero.

Partiendo de la afirmación de que el dinero sucio no es dinero falso, sin duda el producido (dinero, bienes y sus ganancias) de la realización de las actividades prohibidas no están fuera del mercado, sino que lo integran.

En el marco del mercado de los estupefacientes, se ha sostenido que la economía de la droga se inscribe dentro del proceso más general de mundialización o globalización de la economía, el que caracteriza a las economías contemporáneas.

En tal sentido, esta economía no difiere de las actividades económicas normales.

Por ejemplo, se constatan las relaciones Norte-Sur, los circuitos financieros complejos, la multinacionalización de las “empresas”, la creación de carteles internacionales que revisten la forma de acuerdos entre medios tradicionales de diferentes países.

Se plantean las estrategias industriales y financieras que acompañan a la actividad principal.

Por ello, en materia de estupefacientes, los expertos en finanzas internacionales reemplazan a los médicos psiquiatras y a los sociólogos.

El fenómeno del llamado lavado de dinero no puede comprenderse si se pierde de vista que es un medio, una técnica de “valorización” de una actividad económica que económicamente es particularmente valiosa..

Y ello es así porque los activos financieros (dinero, bienes, derechos) originados en una actividad prohibida no solamente son invertido en el sector bancario o financiero, sino que también se invierten en distintas actividades legítimas, lo que asegura no sólo otro medio de “lavar” sino además un medio seguro para acumular riquezas fuera del terreno de las actividades criminales.

También estas actividades se han relacionado con la construcción, particularmente de inmuebles de lujo; la industria del ocio; la edición y medios de comunicación; los servicios financieros, las prestaciones de servicios en general; pero también se ha constatado la inversión en servicios públicos, industria y la agricultura-

En general , cuando se proyectan las estimaciones de las rentas anuales de las organizaciones criminales transnacionales no se incluyen las inversiones continuas que efectúan y que implican la toma del control de negocios no prohibidos, ni tampoco la influencia que ejercen sobre la cadena o medios de producción de distintos sectores de la economía llamada legal..

Debe tenerse en consideración que entre los grupos que realizan actividades prohibidas, a su vez, se han establecido relaciones de cooperación a fin de lograr la apertura de nuevos mercados, por ello se ha sostenido que sus resultados superan a los obtenidos por las primeras firmas mundiales.
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Pensar que entre las agrupaciones no existe conexión, que desarrollan sus actividades en forma totalmente independiente, evita la aprehensión del problema.

Mientras cada una de estas organizaciones sigue con su actividad tradicional, a modo de diversificación del riesgo empresarial, amplían su objeto social dentro de la zona geográfica donde tradicionalmente actuaron, y a fin de ganar nuevos mercados, amplían sus horizontes, se asocian con otras agrupaciones s y mediante estas uniones transitorias o no, cooperan entre ellas y se reparten el mercado mundial.

Lavado de dinero y paraísos fiscales.

En general cuando de lavado de dinero se habla, en forma inmediata surge la discusión sobre el rol de los paraísos fiscales, ya que por ejemplo a través de una transferencia electrónica de fondos una suma de dinero circula fácilmente entre la sociedad matriz y una filial, por ejemplo, que esté virtualmente en un paraíso fiscal.

La transferencia circula, pero el dinero queda generalmente en plazas financieras “fuertes y respetables”. Pero no obstante ello, debido a la confidencialidad sobre los datos de los inversores más marcada que ofrecen los paraísos fiscales se entiende que son ellos en gran parte los responsables de que el proceso de lavado de dinero no pueda ser descubierto.

La denominación de paraísos fiscales se comenzó a utilizar en el siglo veinte, no obstante que su existencia se remonta a la misma aparición del impuesto. En la antigua Grecia por ejemplo, los comerciantes para no pagar el impuesto del 2% sobre la mercadería, la almacenaban en las pequeñas islas vecinas.

En la Edad Media algunos negociantes que se instalaban en la ciudad de Londres eran eximidos del pago de impuestos; la región de Flandres durante los Siglos XVI y XVIII fue un paraísos fiscal respecto al comercio que se efectuaba en sus puertos, sobre el que recaída un mínimo de restricciones y de derechos.

En la época de la prohibición de la piratería se ofreció protección a “ex piratas” a cambio del depósitos de sus bienes en distintas jurisdicciones-

Hoy, los paraísos fiscales constituyen una prolongación del sistema bancario perfectamente integrados en el mercado financiero, debiéndose señalar que dentro del conjunto de los paraísos fiscales, existen distintos tipos, incluso los denominados paraísos fiscales secundarios.

Todos presentan una distintas oferta de servicios para las personas, tanto físicas como jurídicas que, no quieren asumir totalmente la carga impositiva establecida en otras regiones.

Como se advierte los paraísos fiscales no nacieron con el lavado de dinero, por el contrario, quienes lavan utilizan las posibilidades que ofrecen estas plazas financieras, esparcidas por todo el mundo, en general ex colonias o protectorados de
países centrales e industrializados.

A pesar de la limitación que impone el marco de esta presentación, entendemos que fácil resulta advertir que el lavado de dinero es el proceso de inversión de los productos o beneficios obtenidos a través de la realización de una actividad prohibida y reprimida por el derecho penal. Pero, a pesar de este origen, le proceso de inversión en nada difiere del que pueden llevar a cabo, personas tanto físicas como jurídicas que desarrollan actividades no prohibidas.

Desde el punto de vista financiero no existen modalidades de inversión distintas, utilizan los mismos mecanismos, las mismas ventajas, las lagunas legales y aprovechan de las distintas políticas económicas.

Por ello, la economía que se desarrolla a partir de la actividad de lo que se denomina crimen organizado transnacional no está fuera del circuito institucionalizado, no es paralela o negra o subterránea. Antes bien, estas economías aprovechan todo el sistema.

Se ha sostenido que estamos listos para pensar que el delito de cuello blanco es un fenómeno reciente, pero sin embargo su origen, por ejemplo, en Gran Bretaña, puede ser ubicado en la época de la Revolución Industrial frente al ostensible crecimiento financiero que la acompañó.

Posiblemente sus orígenes sean anteriores.

Lavado de dinero y derecho penal

La pregunta que se impone es si frente a ello, el derecho penal sirve para prevenir la realización de estas actividades.

Si es justamente esta rama del derecho la llamada a evitar que se sigan realizando estas operaciones financieras.

Al respecto, se ha sostenido que al blanqueo de dinero (o lavado) hay que conducirlo, ya que es una actividad que en sí misma carece de valoración negativa, pero que tiene, por cierto, un valor probatorio de la existencia de otros delitos anteriores –delitos subyacentes-.

Desde el punto de vista jurídico penal es una actividad irrelevante, salvo lo que tiene de valor indiciario de la comisión de un hecho delictivo .

¿Será por esta razón, que no resulta fácil arribar a esclarecimientos completos de los delitos de lavado de dinero?

Más allá de la necesidad de ahondar en la investigación de cuáles son las reales causas - legales, económicas o políticas- que dificultan el esclarecimiento de este tipo de hechos, lo que excede con creces el marco de este trabajo, recordemos que nuestro país ha sancionado la ley por la cual se establece que el lavado de dinero, como una especial forma de encubrimiento, es delito.

Hagamos votos para que esas disposiciones penales, no se conviertan en derecho penal simbólico, con las consecuencia a nivel político, institucional y sociológico que ello trae aparejado.

Se requiere de la acción conjunta de las instituciones encargadas de detectar, investigar y sancionar este delito y modificar las normas legales y administrativas que impiden a las entidades del sistema contra el lavado de activos , compartir información y emprender acciones conjuntas.
La Unidad de Inteligencia Financiera fue creada en el 2002 y el gobierno anterior no le dio importancia.

Actualmente ha sido rebajada al nivel y metida en la Superintendencia de Banca y Seguros y apenas cuenta con 20 peritos.

Si no existe inteligencia financiera, difícilmente puede haber grandes des cubrimientos en el tema del lavado de activos.

La alerta ha sido dado por los expertos .

Se registra un avance acelerado en el narcotráfico en el país y se está en alerta máxima frente a la lucha contra las drogas

Estamos en una situación cercana como la que atraviesa México.

El Perú puede convertirse en el primer producto de droga mundial en el 2011 y se ha convertido en el segundo productor de cocaína en el mundo.

En la capital se ha desatado una guerra de narcos y pese a la labor de la PNP, sicarios de gran peligrosidad operan en Lima.

La advertencia fue dada hace unos meses. Los medios periodísticos de México daban cuenta de una sanguinaria pugna que en cualquier momento se desataría en Lima por el control de la droga entre los capos mexicanos y los capos colombianos. Esta guerra ya se vive en los Valles de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), y todo indica que, en unos meses, la capital podría convertirse en el centro de operaciones y de enfrentamientos entre ambos bandos.

Basta decir que, según fuentes policiales de la Dirección Nacional Antidrogas, entre 2008 y 2009 se reportaron 12 muertos y alrededor de 40 heridos en Lima, en ataques armados entre capos de la mafia. La mayoría se trató de ajustes de cuentas perpetrados por sicarios.

Hasta hace una década, el control lo tenían los cárteles de Medellín y de Cali, ambos colombianos.
Hoy, según la agencia antidrogas de Estados Unidos, los mexicanos lideran ampliamente el mercado. Encabezando dicho avance estaría el sanguinario Joaquín Guzmán Loera, conocido como “El Chapo Guzmán’, líder del Cártel de Sinaloa.

Según informes de la DEA, esta organización controla más del 80 por ciento de la droga que se procesa en el VRAE, la mayor zona productora de cocaína en el Perú.

Informes de la PNP dan cuenta de que los mexicanos llegaron en 2004. En solo cinco años, han duplicado la exportación de la cocaína y han logrado “liberar’ zonas del interior del país dividiendo su personal por todo el valle.

“Los mafiosos de Sinaloa están presentes en toda la elaboración de la cocaína. Desde la plantación de hoja de coca, maceración y elaboración química hasta el envío, vía terrestre, a los puertos y su posterior exportación en buques o a través de los “burriers’”, sostiene la fuente.

Por el contrario, los colombianos pagan a fabricantes peruanos para que se hagan cargo de todo el proceso. Generalmente, entregan una parte del dinero para iniciar la elaboración y, la otra, al llegar al puerto y recibir la carga en altamar.

De esa manera, evitan involucrarse o perder dinero en caso de una intervención policial. No obstante, aquella forma de operar los habría llevado a perder fuerza en el mercado. Por ello, los capos colombianos no estarían conformes con tal situación.

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