miércoles, 29 de septiembre de 2010

Hace doce años( 29 de setiembre 1998) falleció el compositor y poeta peruano, Mario Cavagnaro, saltando a la inmortalidad


Se llamaba Mario Cavagnaro, compositor y poeta, que envolvió la ternura universal de "Osito de Felpa", la nostalgia profunda del terruño en "El Regreso" y la reflexión melancólica que cada criollo , en cada barrio, reconoce como propia de "Yo la quería patita".

Contribuyó al fortalecimiento de la identidad nacional a través de la música popular y sintetiza el creador, el productor y el promotor de la música peruana.



Ha dejado una copiosa producción de canciones que enriquece la cultura musical del Perú.

De espíritu líder desde la etapa escolar .Aprende música en elColegio, convirtiéndose en intérprete de diversos instrumentos de viento, lo que marca sus inicios en el arte de la música. Posteriormente , fue destacado líder estudiantil en la universidad , miembro de la promoción 1949 de Ingenieros Químicos de la UNMSM, egresando ese mismo año.

En plena actividad profesional, como ingeniero residente de una importante empresa trasnacional , nació de manera repentina su aptitud para la música , revelándose , súbitamente, como un dotado autor y compositor de temas nacionales e internacionales, mediados del 51.

Deja su profesión de ingeniero químico cuando le propusieron dirigir la disquera Sono Radio.

Desde , entonces, fue publicista, productor fonográfico y relacionista público. Se consideraba un comunicador cuyas canciones tenían olor a gasolina, pues las escribía en el tiempo que tenía entre una actividad y otra, o "en ese estado crepuscular entre el sueño y el insomnio, cuando uno se va a quedar dormido".

Temprano fuimos devotos de un bolero medio tristón que, allá por los setenta, decía en la voz invicta de Héctor Lavoe: "No me preguntes qué me pasa, tal vez yo mismo no lo sé... No sé quién eres tú ni me interesa, sólo sé que mi tristeza necesita de tu amor...y esta noche pecadora emborráchame de amor..." . Sólo muchos años después supimos que pertenecía a Mario Cavagnaro. En cierta ocasión le hicieron notar su correcto modo de hablar y se justificó recordando la perfecta entonación de su mamá y su temprano afecto por la poesía, en especial por los modernistas.

Su inspiración , que el público recoge con enorme aceptación , impulsa la trayectoria de distintos artistas entre lo que destacan Los Troveros Criollos, intérpretes de excepción de uno de los estilos creativos de Cavagnaro a través del cual incorpora al cancionero popular el argot con los modismos coloquiales de la juventud de la época.

Así surgen, entre muchísimos temas ” Carretas aquí es el Tono”, “Cabeza de Clorofila”, “Yo la quería patita”( el último de los cuales después de cuarenta años de existencia sigue presente en el cancionero popular).

Paralelamente a aquel estilo( la replana), Mario Cavagnaro cultiva con éxito singular el Vals Peruano convencional, y dentro del cual produce temas inmortales , extraordinarios, tales como “ La Historia de mi Vida”, “En Vano”, “El Regreso”, “El Rosario de Mi Madre”, “Debemos Separarnos”, “La Noche de tu Ausencia”, “La Palabra Final”, y tantos otros.

En el género internacional, Mario Cavagnaro ha producido éxitos rotundos difundidos en muchos países, temas entre los cuales podemos señalar a guisa de ejemplo “ Osito de Felpa” ( interpretado por numerosas estrellas de la canción, llevado a la escena, a la televisión, y a la cinematografía ), “Concierto de Amor” con Rosita Quintana, “La Primera Piedra “( tema que alcanzó el primer lugar en el ranking de Nueva York por sucesivas semanas , con grabaciones fonográficas por más de cincuenta figuras internacionales).

El más reciente bolero "Emborráchame de Amor" , fue una grabación realizada en Nueva York por Héctor Lavoe , el célebre cantante latino conocido como "La Voz".

Sin embargo, toda esta importante trayectoria musical ha sido únicamente una actividad paralela a su distinguida y agitada vida profesional y empresarial.

Mario Cavagnaro derivó de su profesión original al campo de la comunicación, con destacada participación en la empresa publicitaria, en el mundo fonográfico, en el espectáculo y en la radio y la televisión ; campo dentro del cual ha ejercido con éxito remarcable los más altos cargos ejecutivos en las diversas empresas en las que se desempeñó.

Más allá de los señalado, Mario Cavagnaro en su singular multifacetismo ha demostrado desde diferentes ángulos sus valores artísticos, como director y actor de teatro ; como productor y conductor de programas radiales , como animador y maestro de ceremonias en la televisión ; como director de orquesta (La Sonora Sensación) y ante de su muerte, estaba abocado a diversas actividades empresariales y como siempre, a su condición de canta-autor que lo hizo conocido , no solo en el país, sino también en los Estados Unidos , Argentina, Chile y México..

No se puede pasar por alto las dinámicas características y el espíritu de acción que Mario Cavagnaro manifestó en todo momento y sobre todo la lección de vida de este gran luchador ante el infortunio..

Cuando sufrió la amputación de su pierna derecha que mantuvo en vilo a todos sus admiradores y cuando lo visitaron en el Hospital Rebagliati , todos se quedaron sorprendidos de su increíble dinamismo a prueba de ositos de felpa y de "crisoles rojimios por el llanto".

En el campo institucional, Mario ha sido un tenaz dirigente , habiendo recaído en su persona la Presidencia Directiva de numerosas instituciones a lo largo de más de cuatro décadas , siendo la más reciente de sus funciones, la Presidencia de la Asociación Cultural " Chabuca Granda", de importante proyección social y artística en el Perú, así como la Presidencia de la Sociedad Peruana de Autores y Compositores , entidad desde la que desplegó infatigable labor al servicio de gremio autoral.

Le preocupaba mucho el desapego de los peruanos con su historia, con sus raíces. Y por eso compuso “Todos los peruanos, Somos el Perú”. Y, por eso mismo, había postulado antes al Parlamento, aunque sin fortuna.

"El Perú es más que un espacio geográfico", nos decía.

Su faceta de compositor la vimos similar a la de Bobby Capó, el insigne boricua que se paseó por los asuntos pueblerinos y los de elevado lirismo.

Lo decimos por ese tránsito que él también recorrió, entre sus valses de replana (Yo la quería patita), el melodrama de Osito de Felpa y Devuélveme el Rosario de mi Madre, el lirismo de La Noche de tu Ausencia y el paisajismo de sus canciones dedicadas a Trujillo y Arequipa.

Su vinculación primera con la música fue a través del género tropical y de boleros que componía en cantidades.

Una de esas primeras piezas fue su inmortal Osito de Felpa. Después vino su incursión en el criollismo y la celebridad con los valses de replana interpretados por Los Troveros Criollos.

Quien piense que por estas canciones don Mario era palomilla, se equivoca. Era un consumado observador. El mismo nos dijo riéndose de esta faceta: "Yo tenía cero vida de barrio. Muchas de mis canciones están inspiradas en la observación, en la imaginación, en la creación que, al fin y al cabo, es lo fundamental".

Era muy crítico del criollismo como sinónimo de improvisación: "el de la amanecida, del bohemio, del que hace las cosas sin planificación, sin objetivos. Me parece que eso ya no puede seguir siendo. Debe morir el criollismo de emoliente y bufanda...", comentaba.

El cumpa Jorge Donayre dijo que Cavagnaro había creado una nueva literatura. Y no se equivocó. Lima estaba en tránsito, se expresaba con un nuevo lenguaje y él con sus canciones y Oswaldo Reynoso con sus cuentos le tomaron el pulso a ese momento. "Mi vals de replana estuvo insertado en un proceso social pero no político", decía.

Como toda persona pública, don Mario estuvo sometido a controversias, a discusiones intensas con el gremio de compositores, a acusaciones de plagio por parte de Augusto Polo Campos a las que no quiso responder. El seguía entusiasta al frente de su movimiento Avanzada Criolla, que más que un lugar de música, de nuevas propuestas para el criollismo, consideraba "una forma de ser".

Dolió fuerte la noticia de su muerte. Lo seguiremos escuchando entonar con su propia voz (o la de otros intérpretes)? La historia de mi vida, La noche de tu ausencia, Carretas aquí es el Tono, Noche tras noche o La palabra final, con la calidez de esas larguísimas conversaciones. Buen viaje, don Mario. (Agustín Pérez Aldave)

En el momento de su muerte, numerosos familiares, amigos y seguidores de Mario Cavagnaro se dieron cita en el velatorio realizado en la Iglesia San Antonio de Padua, en Jesús María, para dar el último adiós al compositor arequipeño y presentar sus condolencias a Belsa Badaracco Vda. de Cavagnaro y a sus hijos Clara María, Mario y Carlos.

Artistas como Edith Barr, Graciela Polo, Abelardo Vásquez, Leo Amaya, Fernando de Soria, Ruth Razzeto, Julio Andrade, Julie Freundt, Pilar Brescia, Manie Rey y el congresista Alfonso Grados Bertorini, entre muchos otros, se mostraron muy dolidos por la enorme pérdida y coincidieron al afirmar que con Mario Cavagnaro , se fue uno de los más destacados personajes de la música criolla.

Allegados al compositor explicaron que su muerte se dio exactamente a las 17:00 horas del 29 de septiembre, presumiblemente por paro cardíaco, cuando manejaba su auto.

"Las personas que lo auxiliaron lo colocaron en el asiento posterior para poder llevarlo a la clínica. Pero cuando se dieron cuenta que estaba muerto, decidieron dejarlo allí hasta esperar la autorización del fiscal", comentó su asistente Melba Espinoza.

Los restos del autor de Osito de felpa fueron sepultados el 1 de octubre a las 12:00 horas, en el cementerio Campo Fe de Huachipa, pero previamente se realizó una misa de cuerpo presente (a las 11:00 horas) en la misma capilla donde fue velado.

De profundis por Cavagnaro( Felipe Buendía)

Un fenómeno de la variopinta eclosión urbana surgida de las presiones de las masas populares reducidas a reservas callejoneras y a un criollismo que sería el canto del cisne, con sus habitáculos en el Rímac, los Barrios Altos, La Victoria y aun la orgullosa zona monumental de la ciudad. Es decir, todo un estilo de vida de la humildad y la pobreza de gente de ley, del sentir de los barrios, que expresó un trovador que acaba de partir al cielo de los liróforos de la canción popular criolla.

Mario Cavagnaro fue su más fiel traductor. Hombre de inspiración melódica fluyente y de cierta hondura sentimental, intérprete de los placeres y cuitas, drama y pasión del pueblo, se le deben melodías inmortales y letrismo muy inspirado. Nadie podrá dejar de tararear Historia de mi vida.

En determinado momento muy importante para la vida del país, o sea la década del 50 durante el Ochenio de Odría (mezcla de sórdida dictadura y de bonanza progresista), en la última Lima romántica Cavagnaro se vale de la replana, del argot de los callejones. Su singular colección de valses se vuelve un himno idiomático, sobre todo cuando los interpretaba el dúo de Jorge Pérez y Luis Garland en la radiotelefonía (el medio de difusión que alcanzaba todos los hogares y estamentos, antes de la robotización del mundo por la televisión y el Internet). Surge Yo la quería patita, que corean todas las clases sociales, pues presenta el mismo drama de El plebeyo de Pinglo, o sea la dicotomía del proletario agredido por el poder de la clase dominante.

Arequipeño de un perdido ancestro genovés, de estudiante de leyes a genio popular de la música, postrado por el infortunio, Cavagnaro fue objeto en sus últimos tiempos de enconos y celos profesionales y hasta separado del gremio que ayudó a fundar. Pero nadie le puede negar el gran sitial que tiene en el corazón del país y en el amparo de la inmortalidad.

¡Mario Cavagnaro está en el Olimpo de la música criolla y en el tabernáculo del corazón del pueblo !

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