jueves, 20 de agosto de 2009

Recordando a la “ La Madre Teresa”


La Madre Teresa nos dejó un testimonio sublime de su obra, no en discursos o proyectos políticos ni prédicas religiosas en favor de los pobres; nos enseñó que para encontrar alivio a la pobreza , no hace falta hacer una reunión mundial y copar los hoteles de cinco estrellas de Copenhague, sino, simplemente , meterse entre los pobres y desde allí enseñarles a salir de la pobreza.

Dentro de una semana , el 27 de agosto , si hubiese vivido Agnes Gonxha Bojaxhiu, conocida mundialmente como “La Madre Teresa”, hubiese cumplido 106 años .


Nació en la ciudad de Skopje, en la actual Macedonia, el 27 de agosto de 1910 y cuando fallece, lo hizo sin paparazzis, sin titulares, sin protocolos, sólo con el humilde equipaje que llevó en el mundo ( una caja de cartón con sus pertenencias básicas y sus libros de oraciones) .

Hubiera preferido unos ritos sencillos y no la pompa del planeado funeral de Estado, pero los dignatarios de la Iglesia Católicas dijeron que la fundadora de la orden de la Hermanas de La Caridad merecía el más alto honor que confiere la India.

¿Qué hizo esta monja para que 1979 fuere galardonada con el premio Nóbel de la Paz ?

Dedicó toda su vida a las misiones con especial atención a los desheredados en la India , país que estuvo asociado indisolublemente a su nombre.

En tamaño , era una mujer diminuta, pero gigantesca en amor , voluntad y misericordia .

Los más pobres entre los pobres.

A los 18 años ingreso a la Orden de Educadoras de Loreto, y por muchos años, se dedicó a enseñar como maestra de jóvenes en las clases pudientes ; trabajo que abandonó para dedicarse a los más pobres entre los pobres, cruzada que inicio en los albores de su vida cuando funda la Orden de las Misioneras de la Caridad , que sólo abandonó por designios del Supremo, que tiene carácter mundial , al punto de que en el Perú existe una representación de esa orden, en el distrito del Agustino.

Se destacó por su amor y dedicación a los pobres, pero más pobres entre los pobres, a los niños abandonados, a los leprosos, a los enfermos de Sida, en fin a los estigmatizados.

Su espíritu caritativo y humilde la hicieron poseedora de una gran grandeza espiritual , muy cercana a la santidad.

No se trata de adoptar un sentimentalismo falso y barato, que es tan frecuente en los que se creen buenos , sino el enfoque lleno de serenidad que recomendaba ella a sus colaboradoras , para acertar en la apreciación de los males que querían poner remedio, con la actitud adecuada para el bien real de sus atendidos.

La Madre Teresa se hizo en verdad india con los indios y no quiso trasvasar la cultura religiosa europea a su acción cristiana.

No les interesa convertir a sus pobres moribundos.

Si eran budistas o musulmanes , que sigan siéndolo porque decía " para nosotras no tiene la menor importancia la fe que profesan , o dejan de profesar, las personas a quienes prestamos asistencia".

Decía que el criterio para ayudar no es de creencias sino de necesidades.

Inculcaba a sus monjas de que nunca se debe permitir que alguien se pueda alejar de ellas sin sentirse mejor y más feliz.

Sabía que tenía que ayudar a los pobres en su pobreza, pero sabía también que había otra pobreza peor que la material: el repudio de su situación en la sociedad . Y consideraba que esa era la pobreza más insoportable. Y a todos los recibía con una sonrisa.

Esa era la manera de aceptarlo sin discriminación.

Uno de los objetivos de la congregación que había fundado era llevar el amor de Dios a los más pobres y conducirlos a él; demostrarles que Dios ama al mundo y que les ama a ellos, a los más pobres entre los pobres, a los desheredados de la tierra.

Veía a Dios en cada ser humano en sufrimiento y empezó su labor de caridad con la ayuda de unas cuantas personas en India (Calcuta) fundando en 1949 la congregación de las Misioneras de la Caridad .

Con el tiempo, su orden llegó atender a necesitados en más de 200 ciudades de la India y tramitaban unas 1,500 adopciones anuales de niños. Atendían a miles de sacrificadas mujeres que trabajan en los tugurios miserables y más de e 500 centros de atención para desvalidos y enfermos desahuciados en cerca de un centenar de países.

Su orden contaba con 4,000 monjas , 517 orfelinatos, hogares de menesterosos, asilos para enfermos de SIDA y otros centros de caridad en todo el mundo.

La Madre Teresa nos demostró el testimonio sublime de su obra, no en discursos o proyectos políticos ni prédicas religiosas en favor de los pobres. Nos enseñó que para encontrar alivio a la pobreza , no hace falta hacer una reunión mundial y copar los hoteles de cinco estrellas de Copenhague sino, simplemente , meterse entre los pobres y desde allí enseñarles a salir de la pobreza.

Sólo se ve con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos ( El Principito).

Esta extraordinaria mujer nos dejó una gran lección : “ No importa quiénes somos en la tierra , tenemos una responsabilidad con el prójimo , de llenar este mundo y a la humanidad con un poco de espiritualidad , que es el mal de este siglo, como nos dijo el autor de El Principio ( Antonoine de Saint Exupéry) , un pequeño libro - homenaje eterno a la fantasía, a los sueños ; una metáfora de la amistad, el amor y la ternura”..

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