Los asesinos seriales o de masa, son considerados los “depredadores de la fauna humana “ de este siglo.
La opinión general , entre los que saben , es que no se puede identificar a un asesino serial o de masas; cualquiera puede ser .
Eso es lo más inquietante y su comportamiento, más allá que sea un asesino serial, suele ser, en la mayoría de las veces, ejemplar.
Han sido llevados con gran éxito al cine, protagonistas de novelas de gran éxito y están en el imaginario popular.
Despiertan temor, curiosidad, fascinación porque viven entre nosotros, son una realidad y no un mito, y cumplen una función bien definida: provocar terror, demostrarnos que un adolescente aparentemente inocente y buen hijo o un adulto bonachón o vecino ejemplar, si no abrimos bien los ojos, pueden ser un asesinos serial o asesino de masa o puede estar esperándonos en cualquier esquina, en un supermercado, en un centro educativo para aumentar un número más a su cadena de muerte o llevarse de una vez por todas a una treintena de víctimas inocentes
Los asesinos seriales, según la definición del FBI, son los que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo entre cada uno y muchos de estos crímenes son resultados de una compulsión que puede tener su origen en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino.
Si bien las psicopatías suelen acompañar al asesino en serie que sufren de trastorno sádico de personalidad ( el más conocido , relaciones crueles, sádicas , humillantes, agresivas con otras personas), pero no necesariamente un asesino serial es un psicópata ni un psicópata es un asesino serial, así como es diferente un asesino serial con un asesino en masa.
Diferencia entre un asesino serial y un asesino de masas.
Un asesino serial es alguien que no tiene nada mejor que hacer y se carga a sus víctimas una a una en una serie de incidentes (es decir, no en un mismo incidente). Otra definición puntualiza: más de tres víctimas, de a una por vez, en un intervalo relativamente breve.
Un tipo que entra en la oficina de correos con un rifle automático y mata a 35 personas es un asesino de masas.
El ejemplo más reciente es el de Jiverly Wong, inmigrante asiático, originario de Vietnam , que el viernes 2 de abril del año en curso, en la ciudad de Binghamton, de 50 mil habitantes , situada a 215 kilómetros al noroeste de Nueva York, Jiverly Wong mató a 13 personas y luego se suicidó. .
Antes de irrumpir en el local vestido con chaleco antibalas y empezar a disparar contra los alumnos que asistían a una clase de inglés, bloqueó con su vehículo la puerta de salida trasera de la Asociación Cívica Estadounidense ( ACA) , un centro de ayuda para inmigrantes .
Otros 37 individuos que habían sido tomados como rehenes se salvaron .
La masacre empezó en la mañana del viernes y duró sólo unos minutos , aunque pasaron varias horas hasta que la Policía se asegurara que no había más peligro en el lugar .
El trastorno de Jiverly Wong , de 41 años , que vivía con su familia en el suburbio vecino de Jonson City y que antes había asistido a las clases de ACA, puede tener su raíz desde que pierde su empleo , situación que le causa honda frustración , sumado a las mofas de su compañeros quienes lo tildaban de incapaz para aprender inglés y lo ridiculizaban .
La mayor parte de los retratos de los asesinos seriales y de masas son irreales o constituyen meras caricaturas.
Estamos acostumbrados a tener cierto perfil de los criminales o asesinos, sean individuales o en banda, pero cuando se trata de asesinos seriales o asesinos de masas , los mismos que puede aparecer en cualquier momento, provocando terror, al doblar la esquina, en medio de la noche, o en una academia, centro universitario, instituto, o en la fila del supermercado, la situación cambia .
Se les pinta de superhéroes, retrasados mentales - y no son una y ni otra cosa-. Se les califica de monstruos- tal vez lo sean- pero al mismo tiempo se les niega la calidad de enfermos. Y es probable que también lo sean.
Esto hace que resulte difícil y hasta ininteligible comprender , conocer o identificar a los asesinos seriales y asesinos de masa porque las definiciones que existen, muchas de ellas provenientes de psicólogos, no son completas o tienen omisiones o están llenas de errores y exageraciones.
La mayoría de estos “depredadores de la fauna humana” no entran en las clasificaciones de enfermedades mentales, aunque algunos estudiosos han propuesto incluirla en los tratados que abordan estos temas.
El “depredador de Huaral”
Las razones para matar de los asesinos seriales pueden estar ligadas al poder , sexo, manipulación, dominio o control.
Algunos dicen escuchar voces que les ordenan matar o librar a la sociedad de elementos indeseables como el peruano , Pedro Pablo Nakada, cuyo nombre real era Pedro Pablo Mesías Ludeña- varió su apellido por el de Nakada , hijo adoptivo de un ciudadano japonés con la idea de viajar a dicho país; sujeto que estuvo purgando condena de 35 años en el Penal de Carquin –Huacho , lo tenían enmarrocado las 24 horas del día porque era altamente peligroso con manías de autodestrucción, pero luego fue declarado inimputable y el Tribunal dispuso su traslado a un hospital psiquiátrico.
Antes de ser capturado , Pedro Pablo Nakada, era conocido como “ el depredador de Huaral “ y durante casi un año mantuvo en vilo a dicha ciudad . Cuando fue capturado, confesó haber asesinado 18 personas, pero se sospechaba que deben haber más víctimas. Sorprendía a las víctimas en la oscuridad, les disparaba, les robaba sus pertenencias y fugaba sin dejar rastros . Este asesino serial, a los 17 años ingresó al Ejército Peruano, pero a los dos meses fue arrojado fuera porque quería exterminar a los enemigos de Dios. Es el típico psicópata asesino serial misionero ( el asesino misionero o apostólico )
Según él, escuchaba un mandato divino para “limpiar” la ciudad de Huaral de “ indeseables”( prostitutas, homosexuales, drogadictos, traficantes , asaltantes ).
Los crímenes no eran por motivación sexual porque escuchaba voces que le decía que elimine a los indeseables de la sociedad y consideraba que sus actos estaban justificados .
Otro ejemplo de este tipo de asesinos seriales “apostólicos o misioneros” es Herbet Mullin , sujeto que en California asesinó a 13 personas , en un solo día , porque según él, escuchaba voces que le advertía que era necesario matar para evitar un sismo en California, ese mismo día .
Estos sujetos fueron considerados inimputables ( psicópatas asesinos seriales) y los tribunales que los juzgaron dispusieron que estén en hospitales psiquiátricos. En este tipo de asesinos, la compulsión de matar se torna apremiante y son dominados por mecanismos de autodestrucción ( buscan que suicidarse).
Hay quienes matan porque el acto de matar en sí mismo les causa placer; otros se gratifican sexualmente mediante el sadismo.
Algunos asesinos buscan nuevas experiencias; otros persiguen el control absoluto sobre la vida y la muerte de otras personas.
Un estudio de los rasgos psicológicos de los asesinos seriales arroja : escogen a sus víctimas ( prostitutas, vagabundos, homosexuales, etc), tienen baja autoestima, matan en un intervalo relativamente breve, sus ataques por lo general son siempre de naturaleza sexual , suele ser producto de una fantasía que lo lleva al clímax en el momento de matar a sus víctimas; por lo general, matan a desconocidos . Son de naturaleza sádica , muchos vuelven a la escena del crimen, a las tumbas de sus víctimas para fantasear de lo que hicieron. Muchos se involucran en las investigaciones, juegan con los investigadores, dejan señales ; otros se dedican al canibalismo, la necrofilia o guardan parte de sus víctimas.
Un asesino serial puede ser cualquiera.
A veces su comportamiento es ejemplar. Por ejemplo, Jhon Wayne Gacy, un asesino serial, le gustaba animar fiestas infantiles. Ted Bundy era estudiante de abogacía, bastante popular. Andrés Chikatilo, el “Aníbal Lecter Ruso”, era maestro de profesión , buen vecino, buen padre de familia, mató 50 adolescentes , los mutilaba y hacía rituales canibalistico. Fue fusilado en 1944. No se trata de "locos lindos", sino de una variedad mucho más peligrosa .
Los asesinos seriales suelen ser hombres blancos heterosexuales entre 20 y 40 años, con disfunciones sexuales y baja autoestima. Sus ataques suelen ser casi siempre de naturaleza sexual.
Sus matanzas son por lo común parte de una fantasía elaborada que llega al clímax en el momento de la muerte de la víctima.
Por lo general matan a desconocidos y luego se llaman a sosiego hasta el próximo crimen.
Muchos se dedican al canibalismo o a la necrofilia; otros tantos guardan partes de sus víctimas como trofeos o recuerdos.
Suelen ser de naturaleza sádica y esto hace que muchos vuelvan a la escena del crimen o a las tumbas de sus víctimas para fantasear acerca de lo que hicieron.
A muchos les gusta involucrarse en la investigación de sus crímenes y disfrutan mofándose de las autoridades con cartas o con alguna pieza de evidencia estratégicamente colocada.
Suelen escoger sus víctimas entre mujeres y niños de su misma raza.
Sus víctimas preferidas suelen ser prostitutas, vagabundos y autostopistas, aunque muchas veces el perfil de la víctima está determinado por algún trauma u obsesión que varía según el asesino: así, uno se dedicará a matar enfermeras, otro a matar repartidores, otro a matar gente obesa, etcétera.
Otros se "disparan" en determinadas fechas o épocas del año, siempre de acuerdo a su obsesión. Así tendremos al tipo que sólo mata los miércoles de ceniza, o al que sólo mata lesbianas pelirrojas calvas con un cierto parecido a Droopy. Ted Bundy, por ejemplo, tenía preferencia por las víctimas con un determinado corte de pelo (melena corta, con raya al medio).
Los asesinos seriales parecen salir de la cultura norteamericana del Siglo 20.
Si bien el primer asesino serial de la modernidad era el inglés Jack "el Destripador", 1888, el más famoso era Ed Gein, quien inspiró películas como La masacre de Texas (The Texas chainsaw massacre, 1974).
Entre la lista de asesinos seriales famosos también se mencionan a Jeffrey Dahmer, John Wayne Gacy, Ted Bundy o Henry Lee Lucas.
La cuenta de cadáveres de Jack (que al fin y al cabo sólo llegó a cargarse a unas 5 prostitutas del West End ) ha sido superada por muchos de los que vinieron después.
Por ejemplo, Richard Speck se cargó a ocho enfermeras en solo una noche(1965).
Pero, para consuelo de los norteamericanos , no todos los asesinos seriales eran yanquis, existen de otras nacionalidades .
Javd Iqbal, condenado a muerte en 2000, había matado más de un centenar de niños en Pakistán. El tipo estrangulaba a sus víctimas, luego los cortaba en pedazos y los arrojaba a un caldero con ácido (a un costo de unas 120 rupias por víctima, incluido el costo del ácido, según cálculos del propio Iqbal). Terminó suicidándose en su celda en el año 2001.
Delfina y María González , dueñas de un simpático prostíbulo en México, sin embargo, acostumbraban cargarse a sus empleadas cuando éstas dejaban de complacer a sus clientes y también a clientes que llegaban al burdel haciendo ostentación de dinero. La policía encontró los restos de once hombres, 80 mujeres y varios fetos.
Bruno Ludke, un repartidor de una lavandería en Alemania, mató a 80 mujeres , entre 1928 y 1943, año en que fue capturado por la SS y ejecutado por inyección
Andrei Chikatilo, “ Hannibal Lecter ruso", vivió en Rostov, a 500 kilómetros de Moscú, era maestro de profesión, buen vecino, buen padre de familia, miembro del PC y , sin embargo, mató a 50 niños y adolescentes. Con los cuerpos mutilados realizaba rituales canibalísticos, bastante siniestros. Fue fusilado en 1994.
El argentino Carlos Eduardo Robledo Puch alias “El Ángel de la Muerte", asesinó a 11 personas ( principios de los 70). Comenzó como un ladrón de poca monta, hasta que en una caja fuerte encontró una pistola. Mató , incluso a sus cómplices para no dejar testigos .Fue detenido en 1972 y condenado a perpetua en Sierra Chica.
Dos categorías de asesinos seriales.
Podemos dividir a los asesinos en dos categorías: los que se interesan en la ejecución del homicidio, y los que se interesan sólo en el cuerpo de la víctima.
Los primeros suelen torturar y vejar a sus víctimas de diversas formas antes de quitarles la vida (y aún así, prolongan la ejecución lo más posible).
Los segundos buscan la pasividad absoluta de la víctima y por tanto la ejecutan sin mayor trámite, pero se demoran días y aún meses con el cadáver, utilizándolo como alimento, vejándolo o simplemente conservándolo a modo de “compañía”.
Keppel , un asesino serial, decía : "Pienso que hay asesinos a quienes les gusta tener su experiencia sexual mientras la víctima está muriendo y no necesariamente cuando la víctima está muerta.
Otro dijo que “El crimen no se termina hasta que yo lo diga”.
Esa es toda una declaración y explica por qué no se encuentra necesariamente esperma en la escena, porque pueden muy bien abandonar el lugar, volver a sus hogares y fantasear acerca de la escena del crimen y masturbarse o tener sexo, incluso sexo normal con alguien.
Mientras mantienen la fantasía, es suya. Es otra forma de posesión."
Asesinos seriales “ necrófilos” o “carroñeros” .
En París, 1890, una mujer fue encontrada muerta en su casa, con su hijo durmiendo a su lado. La mujer había sido violada y luego concienzudamente destripada(por el hijo, según se descubrió luego) quien había introducido la mano en su vagina perforando los órganos y extrayendo los intestinos por la misma ruta.
Luego los arrojó sobre el hombro de la muerta, se acostó a su lado y se durmió. La autopsia reveló que la madre había muerto antes de esto ocurriera. Fue entonces cuando el hijo se encargó del cuerpo.
Fue enviado a un hospital psiquiátrico sin contemplaciones. Obviamente estaba más loco que una cabra montañez.
Un verdadero necrófilo sólo está interesado en el cadáver no en la persona viva. Si mata es sólo para conseguir un cuerpo.
A menudo suele tratarse de una persona incapaz que nunca intentan acercarse sexualmente a alguien vivo, algunos prefieren los huesos pelados, otros los cuerpos putrefactos o momificados .
Aquellos que se alimentan de cuerpos descompuestos son necrófagos, en oposición a los caníbales, quienes prefieren carne fresca o consumen seres amados con fines espirituales.
Algunos teóricos asocian esta condición con el sadismo debido a que los necrófilos buscan mutilar o vejar el cadáver indefenso, alcanzando sólo placer cun la mutilación .
Erich Fromm hace una distinción entre necrofilia sexual y asexual. La primera consiste en el deseo de tener sexo con un cadáver; la segunda, necesidad de estar cerca, manipular o desmembrar un cuerpo.
La necrofilia es tanto real como simbólica. Esta gente desea un mundo sin vida y su búsqueda de control la hace peligrosa, ya que buscan el control absoluto a través de la muerte de la víctima.
¿Existe alguna manera de detectar a un asesino serial?
No se puede , es la opinión general , cualquiera puede ser un asesino serial y lo más inquietante y preocupante, más allá de que sea un asesino serial, la mayoría de veces son personas ejemplares y agradables . Sin embargo, conviene recordar algunas características que, si bien no son excluyentes, pueden ser de ayuda:
La mayoría, como ya hemos dicho, es de raza blanca y matan dentro de su misma raza; la mayoría mata de manera personal (por ejemplo, estrangulando o apuñalando).
Casi todos matan a desconocidos.
Robert Keppel, uno de los investigadores del caso Bundy, declara: "No creo que le gustara la idea de matar o mutilar a ninguna chica que llegara a ganarse su simpatía. Por eso las noqueaba en seguida, tan rápidamente como pudiera para tenerlas en una posición en la cual él pudiera tener total control sobre ellas. Control es lo más importante aquí, y poder lograrlo lo más pronto posible; eso y el hecho de que a él le gustaba lo que estaba haciendo.
Existen ciertas características psicosociológicas compartidas: abuso sexual en la niñez, alguna motivación sexual para el crimen y una personalidad antisocial.
En los psicópatas, la compulsión a matar se va tornando cada vez más apremiante.
Pueden pasar meses y aún años desde el primer crimen hasta el segundo, pero el hiato entre éste y el tercero suele ser menor, y con cada nueva muerte los plazos se acortan. Además, entra en juego esa suerte de mecanismo de autodestrucción que suelen tener muchos de estos sujetos, que los mueve a dejar pistas y acertijos, como si quisieran ser capturados.
Casos de asesinos seriales llevados a la pantalla de Cine
La primera película de asesino serial fue PSYCHO (1961), dirigida por Alfred Hitchcock y con Anthony Perkins como Norman Bates, un asesino travestido y necrófilo basado en el célebre Ed Gein. (En 1986 Perkins volverá al personaje, dirigido por Richard Franklin; en 1990 dirigirá él mismo una tercera parte.) Hitchcock vuelve al tema en 1972 con FRENZY, esta vez visto desde los ojos de un inocente, culpado por los crímenes del "asesino de la corbata".
Dos años más tarde se estrena THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE, dirigida por Tobe Hooper, una película que causa mucho revuelo –más por lo que sugiere (ya desde el título) que por lo que realmente muestra.
En los 80 la producción de slasher movies (películas con asesinos seriales) alcanza su pico:
En 1980 se estrena FRIDAY THE 13TH, en la que la madre de un chico ahogado por descuido de los consejeros de una colonia de vacaciones se venga de ellos utilizando toda clase de implementos.
No solamente había sangre, sino también algo de misterio, ya que no se conocía la identidad de la asesina hasta el final.
Al año siguiente , John Carpenter produce la segunda parte de HALLOWEEN (1977), dirigida por su protegido Rick Rosenthal, aunque el mismo Carpenter filma y agrega una cantidad de muertes explícitas para darle más color al guiso.
Nótese que Michael Myers es el primer asesino sobrenatural en esta clase de películas (recuérdese el final de la primera parte).
Sean Cunningham, el productor de la primera FRIDAY THE 13TH, toma esta idea de la inmortalidad del asesino y la aplica en la segunda parte (también de 1981), en la que el hijo de Pamela Voorhees regresa de la muerte convertido en un zombi asesino Indestructible, casi una fuerza de la naturaleza.
En 1984 Wes Craven estrena NIGHTMARE ON ELM STREET, en la que aparece por primera vez Robert Englund como Freddy Krueger, un asesino que opera desde el más allá a través de los sueños de sus víctimas.
En 1986 , Tobe Hooper estrena la segunda parte de THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE (1974), a la que le sigue una mediocre tercera parte en 1990.
Tal vez la película más realista en su análisis sea HENRY: PORTRAIT OF A SERIAL KILLER (1989), de John McNaughton, en la que Michael Rooker encarna a un Henry Lee Lucas apócrifo, mucho más inteligente que su contraparte de la vida real.
Las pantallas se llenan de copias de la misma receta (lo que los norteamericanos llaman exploitation: una buena idea extenuada hasta el hartazgo): por ejemplo, las tres partes de SLEEPAWAY CAMP con su asesino transexual, el jardinero chamuscado de THE BURNING (1982) o el pelado eléctrico de SHOCKER(Wes Craven, 1989).
Los asesinos seriales aparecen hasta debajo de las piedras; incluso Clint Eastwood se enfrenta a uno en THE DEAD POOL (1990), la última entrega de la serie de Harry el Sucio.
La razón de este auge era el costo, ya que las slasher movies eran baratas: no requerían de grandes estrellas, ni suntuosos decorados, ni efectos especiales caros o tan siquiera un guión decente.
Bastaba con un poco de sangre artificial y un par de prótesis. Y la fórmula, que vendría a ser algo así: un tipo más bien tímido y perdedor resultaba objeto de una broma o víctima de un descuido o blanco de un desprecio a consecuencia de lo cual el tipo acababa horriblemente desfigurado o con un fuerte trauma psicológico o muerto de un modo atroz o las tres cosas a la vez, por lo tanto un pariente o un amigo o él mismo, que no había muerto como todos pensaban o sí había muerto pero de algún modo había vuelto a la vida, ejecutaba la consabida venganza contra sus victimarios.
Ahora bien, esto (que no es sino el argumento de una tragedia griega standard) se puede hacer bien, o se puede hacer de modo mediocre: Vincent Price en THE ABOMINABLE DR. PHIBES , o Ralph Fiennes en DARKMAN, son buenos ejemplos.
Más allá de los engendros como Jason o Freddy Krueger –que no son sino corporizaciones de temores infantiles al hombre de la bolsa, ¿por qué este interés de la ficción de fines de siglo en los asesinos seriales y en los psicópatas en general?
Tal vez porque se trata de los únicos monstruos que resultan realmente temibles, porque nada los delata exteriormente; por el contrario, suelen ser buenos vecinos y ciudadanos ejemplares, aparentemente incapaces de matar una mosca.
Jeffrey Dahmer , es un ejemplo de ello, no usaba una máscara de hockey.
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