Esta hermosa tradición se ha extendido rápidamente por muchos otros países del mundo y los sudamericanos recordamos y celebramos este día con mucho respeto y admiración hacia la madre, la mujer que escogió Dios para dar vida y amor al ser humano.
El Día de las Madres deben ser todos los días del año, dicen algunos, y no pretendemos contradecirlos , porque tiene razón.
El Día de la Madre tiene sus orígenes más remotos en la Edad Media cuando se comenzó a celebrar una fecha especial , donde se reunían en familia , se asistía a la iglesia y se le agradecía su dedicación con sorpresa y regalos.
La tradición ha perdurado a través de los años en todo el mundo y en muchos países se celebra el segundo domingo de mayo , gracias a la feliz iniciativa de la norteamericana Anna Jarvis, el año 1912.
La madre es el ser más abnegado y sublime que existe sobre la tierra, es tesoro más preciado de todo buen hijo.
En nuestro primeros años es el Ángel de la Guarda que guía amorosamente cada paso que damos; en nuestra adolescencia y juventud nos fortalece con sus sabios consejos ; en el resto de nuestra vida y en todo instante, la fiel amiga y confidente que con paciencia y dulzura nos orienta por el camino del bien, la honradez, y la verdad.
Ella consuela nuestra amarguras y extravíos, porque es un corazón que no se cansa de sufrir y un alma que nunca deja de querer.
Cuando el destino nos la arrebata, su recuerdo nos sirve de guía por los caminos de pureza y prosperidad.
El alma de una madre realmente no tiene igual ni comparación.
Los hijos tenemos el deber de venerar a nuestra madre, cuidar de ella y asistirla.
El homenaje a la madre debe ser todos los días y en cada instante con nuestro amor, nuestras buenas acciones y nuestra gratitud que serán una débil compensación por su amor, su bondad, sus desvelos y su sabiduría.
Bendigámosla porque su presencia es el mejor regalo de nuestra vida.
El Día de las Madres convoca al corazón y crea una intensidad de afecto que es como una verdadera atmósfera emocional.
Así como este día nos despierta la emoción y la alegría, también representa melancolía para aquellos que tienen a sus madres muy lejos o se ha ausentado eternamente ..
La distancia nos impide ofrecer el abrazo amoroso y el regalo que merecen, regalo que simboliza el enorme agradecimiento que llevan los hijos en sus corazones a la mujer que los trajo al mundo y que los abriga con su cariño inmenso y desinteresado.
La mejor recompensa de una madre está plasmada en la simple sonrisa de un hijo , que valoriza su entrega y sacrificio.
Ojalá que el Día de las Madres sea todos los días del año, así pagaremos con creces todo el sacrificio y amor que dan las madres a sus hijos.
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