Martín Adán, cuyo verdadero nombre era Rafael de la Fuente Benavides, y César Vallejo , son los dos poetas más brillantes que ha dado nuestro país.
En el panorama de la Literatura Peruana Contemporánea de la primera mitad de este siglo, muchos son los nombres que habría que tener en cuenta para considerarlos como las máxima figuras en los diferentes géneros de la creación.
Pero en lo que corresponde a la poesía , sin dudas, son dos, las más representativas figuras en el quehacer poético son : César Vallejo y Martín Adán, dos vertientes opuestas, tanto en el estilo como en la temática ; pero ambos con un universo poético de excelente madera, cuyas fibras de brillante calidad ya nadie discute.
Difíciles para la exégesis, pero de una genialidad que sólo ostentan los grandes elegidos de la poesía universal.
A Martín se le conoce menos porque es difícil, muy difícil su lectura.
Es cierto que a Martín Adán se le conoce menos que a César Vallejo debido a las dificultades que tiene la masificación de la obra poética, incluyendo las traducciones, además el poco interés que existe en los programas de literatura en el Perú por este poeta, tanto como la deficiente información periodística por establecer un cuadro de análisis e interpretación de su poesía.
Porque Martín Adán requiere de una urgente mecánica explicativa de su poesía pero dentro de una propuesta didáctica : ordenada y simplificadora para poder entender bien su obra.
Sin embargo , su extraordinaria novela- grande novelista- La Casa de Cartón gana cada día más lectores : Mi primer amor tenía doce años y las uñas negras... ; obra cálida, fresca, original, tierna y sorpresiva, inquietante y también novedosa por su estructura.
Nació en Lima el 27 de octubre de 1908, en la vieja calle Corazón de Jesús- hoy sólo el jirón Apurímac-, a unos pocos metros de la iglesia de Los Huérfanos , en la cuadra que va del jirón Lampa a Azángaro, a escasos pasos del Parque Universitario.
Su madre se llamó Rosa Mercedes Benavides y su abuelo fue el médico ginecólogo , Rafael Benavides, quien laboró muchos años en la Maternidad de Lima ; había logrado una vida acomodada y poseía un hermoso rancho en Barranco, muy cerca al Parque Central , lugar en que la familia mitigaba los rigores del verano limeño.
Su padre se llamó Santiago de la Fuente Santollla que venía de una familia de Pacasmayo. No obstante el matrimonio duró poco. El poeta y su hermano César prácticamente crecieron sin padre.
El abuelo , mientras vivió y su tìa Tarsila, hermana de Rosa Benavides, se hicieron cargo de la familia que se completaba con un tío mazmordón, cuya insanía , peluda y gutural, originaba después del primer susto más lástima que temor ; pariente que siempre fue la sombra en la vida del poeta , hasta que lo exorcizó en su cuento Trance de poder.
Los cambios sucesivos en la política del Perú, durante las dos primeras décadas de este siglo, la Primera Guerra Mundial, luego el terrorífico crack del '29 , crearon en el niño y luego en el púber Rafael de la Fuente Benavides una necesidad de refugio en su mundo interior, para poder soportar aquella realidad externa que influyó enormemente en la economía de su hogar.
El afuera y el adentro marcaban ya, desde aquel entonces, el universo vital del poeta.
El afuera era el caos circundantes , visible en la sociedad y en la política, la armónica sobriedad del Colegio Alemán de temple humanista, la precariedad económica en su casa, la ausencia de padre, los sustos constantes de su tío mazmordón, la pasividad y la abulia de la madre, la dominante rigidez de la tía Arsila y el adentro, su mundo interior, compartido con su hermano César , al que admiraba por su chispa y su sentido del humor y , aunque parezca mentira, a quien siempre quiso imitar.
Pero en 1920 , el desastre llega una vez más a su hogar. La casona de la calle Corazón de Jesús es hipotecada y , además, la familia tuvo que alquilar gran parte del solar, que tenía un zaguán con dos rejas ; se quedan así sólo con el ala principal de la mano derecha, con ventana a la calle.
Eso no fue todo, se ven obligados a reducirse más aún y se mudan al rancho de Barranco.
A Martín y a su hermano César le da escarlatina. César muere y a Martín le queda un foco infeccioso que le dejará una cicatriz horrenda para el resto de su vida.
La muerte de César persiguió el resto de su vida a Martín Adán. Años después en Las Moradas, la recordada revista que dirigiera Emilio Adolfo Westphalen , se publicaría ese grave testimonio que es Aloysius Acker, poema que a Martín jamás quiso que se reeditara , y cuestión que originó más de mil estúpidas conjeturas, llenas de mala intención.
Lo cierto es que ese respeto que el poeta sentía por aquel poema, el texto donde hablaba de la muerte de su hermano menor, pertenecía al universo que hemos llamado el de adentro, respetuoso, callado y callado, no sólo de su poesía , de su creación, sino que además se trataba de la persona a quien más quiso y admiró en su vida :
¡ Muerto... ! / En cuanto miro, no veo/ sino tu nariz de hielo/ ¡ Qué estado perfecto... !/ ¡ Como si Dios creara de cierto ! / ¡El no nacido, en no engendrado, muerto !... (...) Y por ti no llora el perro ; / Y por ti no aúlla la madre ;/ Y por ti calla y no se enjuga el sepulturero./ Y ninguno es más ciego,/ Y ninguno es más ninguno, más yo mismo, si tú alguno(...) El tú que soy yo y que es el sino,/ El hermano menor el hermano pequeño...(...) Y he de ser el vivo, / El muerto./ ¡ Cómo seré vivo ! / Tú muerto...
Martín Adán falleció el 29 de enero de 1985.
Anécdota
En enero de 1959, Martín Adán fue nombrado Académico por La Academia Peruana de la Lengua.
En 1960 despertó una pasión por Machu Pichu , convirtiéndose en una obsesión. Su arquitectura lo conmovió y comenzó un largo peregrinaje por las huellas de esa piedra, la verdad, la muerte, Dios, la eternidad, la necesidad de salvación y a través de la trascendencia.
Su visita a fines del 59 a las ruinas , que en 1911 descubriera Hiram Bingham, lo transformarán de una manera tan evidente que hasta cambia la la estructura sonetista, un aluvión de más de dos mil versos, de increíble factura , de innegable calidad.
Sin embargo, aceptó a propuesta de don Juan Mejía Baca, formar parte con Pablo Neruda , Alberto Hidalgo y Claro está, él mismo, en un Homenaje al Cincuentenario del descubrimiento de Machu Pichu ( Editorial Mejia Baca, Lima, 1961), libro de escasa circulación de sólo 300 páginas.
El mismo 61 llega de visita a Lima Jorge Luís Borges y se encuentran en la Librería Mejía Baca.
El maestro argentino vino con su secretaria Celia Paschero quien trata de reunir material para su tesis doctoral sobre la poesía peruana contemporánea , ella le escribe una carta a Martín Adán donde le pide algunos datos sobre su vida , si era posible, contados con toda la sal que él sabía hacerlo en el que sienta su sangre y su piel y le pedía que acceda a sus ruegos por la simpatía que los unió cuanto se conocieron en Lima.
A esta sugerente carta, Martín Adán contestó con un hermoso poema titulado :
Yo sólo sé de mi paso,
De mi peso,
De mi tristeza y de mi zapato.
¿Adónde voy ?...Porque sabes harto
Lo del poeta, el duro
insensible volumen de mi ser humano,
Que es un cuerpo y vocación,
Sin embargo.
2 comentarios:
Excelente Benedicto!. Este es un justo homenaje al extraordinario poeta Martín Adán al conmemorarse el día de mañana el 102º aniversario de su natalicio.
Informe claro, sucinto, preciso. Nos brinda un panorama sencillo y didactico en pocas palabras del poeta, su vida y su obra, definir la realidad exterior de la realidad interna de Martin Adam, es basica, y encontrar los nexos para ubicar al poeta es excelente. Me gusto el articulo.
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